⚞ℳ𝙮̶ ̶𝙡̶̶𝙤̶̶𝙫̶̶𝙚̶▻ // AVPOL

SOLO POR UN TIEMPO?

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Kakyoin despertó, todo mundo lo había encontrado como un milagro del cielo. Después de su larga recuperación los chicos podían regresar a su sitio de origen gracias a que todo ya estaba en orden.

Jean, estaba un tanto nervioso, acaso Avdol habría de llegar al aeropuerto para irse con el? Traía una mano en el mentón y las piernas cruzadas mientras que estaba sentado en espera de él, el señor Joestar lo miraba de lejos. Había dejado a los jóvenes conversando amistosamente mientras él iba a ver qué era lo que tenía tan pensante al de sencible sentir.

— Muchacho, a quien esperas?—
Pregunto el mayor mientras colocaba su mano metálica sobre del hombro de Jean. El mismo dio un pequeño salto al oírlo, su conciencia no estaba del todo tranquila de tan solo pensar en el egipcio.

— Es solo que... No quiero volver solo y espero a alguien —

— hum, con que a alguien eh? Por qué no simplemente te vienes con nosotros? Te quedarías unos días en Japón como turista y que dices de venirte conmigo a New York? — El albino negó con la cabeza y manos rotundamente, no podía aceptar ahora que no sabía si vendría o no. A lo lejos se miraba a un alto hombre moreno, con largas rastas que caían por sobre de sus hombros. Tenía dos cicatrices por debajo de los ojos, con la mirada en el boleto que traía en la mano caminaba en dirección al chico francés sin saberlo así que levantó el rostro para buscarle con la vista hasta dar con él; se acercó a el con normalidad. Traía una gran maleta con él incluyendo aquella túnica anaranjada.

— A quien esperabas era Avdol uh? Era de esperarse pero no quería hacerme ningún tipo de expectativas. Suerte en su viaje chicos — con la típica sonrisa Joseph se despidió de su gran amigo y de aquel conocido tan extravagante. Levantaban sus manos el grupo de tres en señal de despedida, subieron al vuelo indicado y partieron a su tierra

— Creí que no vendrías... Aquella noche me dijiste que no estabas seguro, que te animo a venir? Las mujeres de Francia? — Este empezó a reír con las mejillas rojas debido a que al moreno no le había dado gracia en absoluto.

— No, eso es estúpido. Mejor subamos ya, no te diré el motivo—

— ¿¡Que!? ¿ Por qué no has de decírmelo? — el transcurso a Francia fue algo divertido, el chico joven no dejaba de decir cosas que hacían reír a Avdol. Después de unas horas Jean había cabeceado en el hombro del egipcio cosa que solo hizo sonreír a este. Lo acomodo con cuidado y cerró los ojos dejándose llevar por el país de los sueños.

Habían despertado cuando hubo algo de turbulencia cosa que señalaba estaban a nada de aterrizar.