MI ESPECIALIDAD

422 52 28
                                    

Vaya que tener que buscar un empleo después de un largo tiempo de no estar en casa era un poco difícil, por suerte Polnareff tenía todas las de ganar cuando se trataba de buscar empleo pues era carismático, divertido, hablador etc

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Vaya que tener que buscar un empleo después de un largo tiempo de no estar en casa era un poco difícil, por suerte Polnareff tenía todas las de ganar cuando se trataba de buscar empleo pues era carismático, divertido, hablador etc.

Su trabajo lo había conservado gracias por bendición de dios, un chico ayudante en la cocina de un restaurante normal en la plaza.

— Mañana regreso al trabajo sabes? Por fortuna dejaron que me quedé y no lo perdí. Apuesto a que me extrañaron por ahí. — le platicaba al canela mientras que miraban juntos la televisión. Avdol no se encontraba muy cómodo al saber que Jean tendría que trabajar y que el se quedaría en casa. En realidad pensaba salir a buscar empleo en cualquier lugar pero realmente necesitaba un gran descanso de todo el estrés.

— Me alegro de que lo hayas conservado, bien por ti Polnareff — sonreía como de costumbre aún atento a la televisión.

De reojo miro como una mano se le estaba acercando lentamente a un lado, Jean estaba curioso por aquella abilidad que Mohammed tenia así que no perdería mucho si se dejaba leer la mano.

— ¿Quieres que te lea la mano? — el contrario solo asintió con la cabeza con la mirada encima

—Bien. Verás, esta línea marcada es la del corazón.— acaricio con bastante sutileza la mencionada, no tenía nada en la mente... Solo la linda y vaga idea de cómo sería tomar su mano durante una caminata nocturna, rió un poco y para no levantar sospechas regresó a lo suyo.

— esta línea, quiere decir que te dejas llevar más por el corazón que por la cabeza. Ingenuo —
— puede que sea cierto, puede que si. ¿Y que tal tu?— tomo la mano de avdol y empezó a hacer una comparación con la suya.

Un fuerte dolor de espalda se le había hecho presente a Jean después de tener que mover cosas de su habitación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Un fuerte dolor de espalda se le había hecho presente a Jean después de tener que mover cosas de su habitación. Tenía ya un largo tiempo que no ocurría y por largo me refiero a unos meses pues después de aquellas duras y difíciles batallas fue difícil moverse.

Se había registrado en la cama preguntandose así mismo si ese sería su fin ya que dicho dolor no daba por irse. Mohammed solo le miraba apoyado en el marco de la puerta pues raramente veía de ese modo a su compañero.

— Si tanto te duele, ¿quieres que te dé un masaje para relajar tus músculos?— se ofreció amigable ante el chico dolores que tenía enfrente.

— Te lo voy a compensar — había respondido el contrario en señal positiva de que lo quería. No tardó mucho que el moreno había ido a su habitación a por un aceite especial con olor a lavanda, Jean ya se había despojado de la camisa y colocado boca abajo en su lecho de dormir, ni corto ni perezoso regresó a dónde el adolorido y vertió un poco del aceite sobre de aquella lechosa y ahora apelada piel.

Daba lentos movimientos a tal punto de que a Polnareff le habían entrado las ganas de dormir.

— Se nota que lo disfrutas— había esbozado una sonrisa al verlo en las nubes pues hasta así se le hacía lindo.

— deberías de dedicarte a esto, realmente eres muy bueno...— gemía del placer con sus toques puesto que realmente lo estaba disfrutando.

Al poco tiempo el había quedado dormido, relajado, sin problema y ahora sin aquel molestos dolor.

El motivo por el cual había movido cosas en su habitación era por que necesitaba dormir con Avdol, le proporcionaba todo el calor que necesitaba al igual que protección de cierta manera  llenaba un vacío en su corazón.

— Que descanses... — besó sutilmente su frente cubierta por aquellos blancos cabellos, al entrar el sol a la ventana se apreciaban de manera tenue sus largas y levantadas pestañas blancas que parecían más bien algo de nieve cubriendo las ramas en un árbol cualquiera. Nadie más podía ver a Jean como Mohammed lo hacía. Un Aura pura, gentil, divertida, extrovertida, poderosa... Todo aquello era único y especial. Nadie mas lo veía con esos ojos de amor con que el lo hacía... Nadie.

Haste mío... Por favor. Déjame tenerte y entrégate a mi como nunca a nadie te has entregado y yo lo haré así como tú... Me harías el hombre más feliz del universo cuando me dejes probar tus tan experimentados labios... Enseñame a hacer el amor como tú sabes hacerlo... Comparte tu secreto y tu lugar más íntimo conmigo... Toma mi cuerpo... Toma mi cuerpo... Todo lo que quiero es... Todo lo que necesito es... Que alguien como tú toque las puertas de mi corazón. Hazme sentir que mi propósito es estar contigo y solo contigo...— había pronunciando aquellas palabras al oído de su compañero, se acercó lentamente a sus delgados y rosados labios para besarlos con suavidad con el cuidado de no despertarlo cosa que fue inútil e inocente desde el comienzo de sus palabras y actos. Lo había correspondido con la misma sutileza con la que el moreno lo había hecho, una suave caricia sobre de la mejilla y la cicatriz del lado derecho de su rostro por parte de la mano de Polnareff.

— Quién diría que esas dulces palabras saldrían de tus labios — volvió a besarlo lentamente notando lo poco experimentado que era Avdol con los besos, sus lenguas bailaban al interior de sus bocas, una más experimentada que la otra.

— Esto es lo que es un beso francés, no?... — había preguntado muy apenado Avdol pues... Nada sabía de está clase de cosas.

— Shh... Calla...— no quería cortar en ningun momento aquella íntima union entre el y el moreno, había pasado los brazos por el cuello del de arriba... Habían cambiado de posición, está vez el albino tenía las piernas al costado de las caderas de Mohammed, poco a poco una temblorosa mano subía por las piernas de Jean... Al notar esto, Jean tomo su mano y la colocó en  su cintura... Se sentí en el regazo de su mayor, tomo su mano diestra y la llevo a su pecho insitando a este a acariciarlo.

— Vamos... Hazme tuyo... — sonreía dulcemente con una suave voz tan gentil como seductora, el moreno quería llorar... Se sentía nervios y temeroso, retiro de manera inmediata ambas manos y se tapo el rostro, poco a poco se separó de el al punto de dejarlo a el solo sobre de la cama

— Yo... No... No puedo, yo me siento... Lo lamento — se retiró de la habitación corriendo al baño de invitados, cerró la puerta detrás de él deja donde caer sobre el suelo... Escondió el rostro entre sus manos y sollozó con suavidad, no entendía al cien porciento lo que le pasaba... Si corazón latía al mil y sus nervios estaban alterados... Sus mejillas ardían y ya un bulto entre sus piernas se hizo presente.

Continuara...

⚞ℳ𝙮̶ ̶𝙡̶̶𝙤̶̶𝙫̶̶𝙚̶▻ // AVPOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora