Dos

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Resumen: Un joven Lan Huan aún no está del todo instalado en su nuevo Hanshi cuando Jiang Cheng se encuentra con él.

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Fue años después, cuando volvió a suceder. 

Lan Huan acababa de recibir su nombre de cortesía y se mudó al Hanshi para vivir solo. Por lo tanto, ya no se le consideraba un niño, aunque tampoco era un adulto todavía. Aun así, ahora se esperaba de él cierto grado de independencia, sin embargo, manejar las nuevas responsabilidades que vinieron de la mano con esta independencia había sido más complicado de lo que Lan Huan había pensado que seria. 

Al final del día, Lan Huan estaba cansado hasta los huesos. 

Se quitó su cinta de la frente, la lavó, y la colgó afuera para secarse, antes de volver a caminar hacia su cama y luego, rápidamente se quitó la túnica exterior, colapsó sobre su cama y cayó en un sueño profundo. 

A la mañana siguiente se despertó y descubrió que su cinta no estaba. 

—¡Oh no… oh no…! —Murmuró para sí mismo en un silencioso pánico. —¡Shūfù¹ va a matarme!

Buscó en cada esquina del pequeño jardín que rodeaba el Hanshi, después entró para buscar también en cada rincón y grieta dentro del Hanshi, aunque estaba seguro de que anoche había colgado su cinta en la caña de bambú de afuera para que se secara. 

Aun nada. 

—¡Esto es malo! —Gimió para sí mismo mientras salía otra vez para mirar a través de los arbustos de moras una vez más, sólo para ser interrumpido por la voz de un niño justo más allá de la pared que separaba el jardín del Hanshi de un sinuoso corredor. 

—¿Por qué hay una linda cinta aquí? 

¡Eso es mío! 

Sin pensarlo dos veces, Lan Huan corrió hacia la voz, olvidando sus túnicas exteriores y cubrir su frente con una cinta de repuesto que cada Lan tenía en su poder en caso de que la cinta principal no estuviera disponible para usarla. Fue sólo cuando llegó hasta el dueño de la voz que se acordó. 

Olvidé usar… y corrí… rompí tantas reglas.

Sintió su rostro calentarse, sin embargo, ya era demasiado tarde. 

El niño, vestido con las túnicas de Yunmeng Jiang de color purpura oscuro, estaba mirándolo con timidez, con una cinta colgando en una mano. El niño era joven. 

Tan joven como A-Zhan, Lan Huan se dio cuenta para su inmenso alivio y consternación. 

—Uhm… ¿hola? —Tartamudeó el niño. 

—H-hola. —Lan Huan respondió. 

—Yo… huh, no quise entrometerme, —El niño murmuró, desviando su mirada. 

Lan Huan tomó un profundo respiro para recomponerse, consciente de que había roto todo tipo de decoro al caminar únicamente en ropa interior. Él, un sénior y heredero de la Secta Gusu Lan, se había avergonzado a sí mismo en frente de un niño de la edad que su hermano. 

Pero este niño era demasiado joven para ser parte de los discípulos visitantes que estaban estudiando en el Receso de las Nubes. Existía la posibilidad de que él no supiera acerca del significado de la cinta que sostenía en su mano. Quizás algo de su dignidad podría ser salvada. 

—Está bien, —Dijo Lan Huan, forzando la sonrisa tranquila y gentil por la que su rostro era conocido. Colocó sus manos en frente de él a modo de saludo, —Me llamo Lan Huan, nombre de cortesía, XiChen. 

Un destello de reconocimiento sorprendido apareció en los ojos del niño, aunque se apresuró a imitar los gestos de Lan Huan. —Jiang Cheng, —Se presentó cortésmente. 

Jiang Cheng… ¿no era ese el nombre del heredero de Yunmeng Jiang? 

Oh… es cierto. Tío tenía una reunión con el Líder de Secta Jiang hoy. 

Lan Huan sintió el comienzo de un nuevo rubor subiendo por sus mejillas. 

El heredero de una secta de la edad de Jiang Cheng ya habría sido educado hasta cierto punto acerca de las costumbres y cultura de las cinco sectas principales. ¿Este niño sabía el significado de la cinta? 

¡Esto era realmente… realmente malo!

—¿Puedes devolverme mi cinta? 

El niño parpadeó, como si estuviera sorprendido, —Oh, ¿es tuya?

—Si. 

El niño le ofreció la cinta con su mano extendida, sus dedos se rozaron mientras Lan Huan tomaba su cinta. 

—Gracias. 

Un brillante rubor repentinamente cubrió el puente de la nariz de Jiang Cheng. 

—E-esto… huh… quiero decir… entonces me iré. —Murmuró y señaló a una dirección que a Lan Huan no le interesaba saber. 

El niño se dio la vuelta y salió corriendo, dejando a Lan Huan con una sensación de hormigueo en la punta de sus dedos y unos cuantos inconexos pensamientos vergonzosos. 

El Joven Maestro Jiang tiene un rubor muy bonito… 

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1.- 叔父 — shūfù — Tío, el hermano menor de tu padre. 

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