𝐁𝐎𝐍𝐍𝐈𝐄 𝐀𝐍𝐃 𝐂𝐋𝐘𝐃𝐄 [ UsArg ]

1O

Luego de ese pequeño incidente, ambos volvieron al hotel como si nada, por lo menos USA no mencionó nada al respecto. California estaba algo asustada, pero no quería quejarse o comentar esto. Más bien, no entendía que había sucedido o para que se quejaría.
Ella solo miraba la ventana callada y a de estos pensaba en que le hubiera pasado si hubiese muerto.

La muerte le parecía algo jodido, realmente jodido.

Literalmente no podía entender porque tenía que pasarle a la gente, solían construir sus vidas y una identidad, para morir por algún motivo natural o estúpido.
El suicidio a ella le parecía estúpido, teniendo a tanta gente desesperada por vivir y ellos desperdiciando su vida porque perdieron la batalla en si mismos.

Todo esto le recordó a su madre, las veces que le había contado pequeños fragmentos desde su adolescencia, hasta su vida actual.
Por lo general luego de hacerlo terminaba con algunas lágrimas, parecía endulzar las cosas malas para hacerlas ver cómo buenas.

Justificando todo con un "fué por amor".

Estaba bien si era por amor, al menos eso intentaba suponer.

Se giró para ver a su padre, quién le sonrió como si nada, ella hizo lo mismo y volvió a mirar a la ventana.

Quizás fue por amor.

Al llegar al hotel y subir a su cuarto, América detrás de ella, parecía que quería decirle algo, pues la tomó del hombro para llamar su atención y poder hablarle.

──Darling.

──Yes, dad?

──Mañana vamos a ir a un lugar importante, iremos con tu madre y está vez si lo veremos.

Su tono de voz parecía no estar mintiendo, por lo cual asintió y fue directo a la ducha, necesitaba cambiarse de ropa. Estaba emocionada en cierta parte, quería alegrarse más pero un mal presentimiento no se lo permitía, probablemente solo era la sensación de ahogo que permanecía en su cuerpo.

Si, debía de ser eso.

Mientras ella hacia esto, USA se sentaba en su cama agarrándose la cabeza.
Cada vez estaba más cerca y cada vez le costaba más.
Pero estaba seguro de algo, había sido por amor, pero Argentina en ese momento no lo amaba.

De todos modos, el amor casi nunca es mutuo y eso no borraba sus razones.

Fue por amor.

Eran aproximadamente las tres de la mañana, dónde se encontraban no era un lugar de mucha gente. La mayoría volvía allí si podía escapar, otros se quedaban por toda su vida.

Esa cuidad era tan jodidamente oscura, que llegaba a darle cierto escalofrío pensar que vivió allí la mayor parte de su vida.

Estados Unidos no recordaba el lugar de su adolescencia así. Aunque mucho no podía decir, había pasado la mitad de su adolescencia en la correccional.
Y desde las rejas, se aseguraba de mirar a un niño de quince años que pasaba por ahí. Lo de siempre, cabello celeste y no mucha estatura.

Además de expresión amargada.

Expresión amargada que fue cambiando con el tiempo, y que volvería a ver de cerca, pero eso no viene al caso.

Está vez estaba solo en su auto, buscaba una casa intentando hacer memoria. Una casa que estaba en el lado sur, cerca de la que alguna vez fue suya.

Cuando la encontró estacionó afuera. Se quedó un momento mirando a la nada, por un lado tenía felicidad, era el comienzo del fin. Por otro, solo tenía angustia y desesperación.

Se llenó de determinación y bajó, los olores comenzaron a inundar su nariz de nuevo, pero intentaba ignorar estos por más fuertes que fueran.
Estaba harto de mirar con preocupación hacia los asientos traseros o por el espejo retrovisor. Quería dejarlo ir de una buena vez.

Sus manos temblaban contra la tapa del baúl, las lágrimas bajaban a gran velocidad y eran imparables.
Sonrió, sus ojos seguían sin seguir su expresión de felicidad.

Abrió el baúl y lo que pudo ver -aunque ya supiera de sobra que estaba ahí- le pareció...fantástico.

Negó varias veces, agarrando su cabeza entre manos mientras las lágrimas bajaban cada vez con más rapidez y se hacían más gruesas, reía bajo y luego más alto, cambiando la tonalidad de su risa según se lo permitiera la situación. Siendo totalmente consciente de su inconsciencia.

No podía creerlo, había llegado tan lejos.
Pronto miró hacía el cielo, estando estrellado y claro en cierta parte, podría sentirlo, la nirvana luego de quince o más años de apoderaba de su cuerpo, podía sentirse flotando.

Podía creer que se desvanecía.

Lo había logrado.

Abrió el baúl y lo primero, lo único que vió, tendido sobre todo ese espacio.

Fue a Argentina.

Un Argentina inerte.

──"Argentina" ¿Por qué me haces esto?

──Porque supongo que hasta acá llegamos, tenías razón, no somos los malditos Bonnie and Clyde.

──...

Subo el epílogo y eso es todo.