Capítulo 20: "La semaforización"

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Dos semanas después – Oficina de Nayeon

- ¡NAYEOON! – Tzuyu entraba a la oficina de la coneja. Traía un papel en su mano y por la cara parecía ser algo urgente.

La rubia levantó su dedo para silenciar a su amiga mientras terminaba de hablar por teléfono, la taiwanesa se quedó cruzada de brazos en frente de su escritorio en su mejor postura de irritación.

- Es usted el que no está entendiendo Señor Cha – le aclaró la empresaria al destinatario de la llamada – La firma Im Chou tiene más de treinta por ciento de las acciones y eso convierte a mi firma en la socia mayoritaria, por ende déjeme recordarle que podemos tomar cualquier decisión que se nos plazca u oponernos a las que tome el resto dejándolas sin validez… Todavía no he terminado de hablar – calló la interrupción del hombro – Si hemos decidido votar en contra de que ese hombre sea nombrado director de finanzas es porque tenemos otro nombre en mente – ya tenían todo arreglado de hecho – Exacto. Es lo que decimos nosotras o nos vamos a ver obligadas a rescatar nuestras acciones y usted bien sabe lo que eso significaría para… Ahora nos vamos entendiendo. Espero que mañana hablemos en otros términos… Hasta luego – cerró la llamada y con una enorme sonrisa enfrentó a su amiga.

- Eres infalible Nay – la felicitó Tzuyu - ¿Lo lograste? – preguntó sin duda

La rubia asintió – Vamos a manejar las finanzas de esa empresa como se nos plazca Tzu - Nayeon apretó el botón de su intercomunicador – Yeri trae una botella de champagne con dos copas por favor - al parecer había algo que festejar.

Tzuyu sonrió hasta que se acordó del motivo de su visita a la oficina de Nayeon. Rápidamente volvió a adoptar su posición de enfado y agitó el papel que tenía en su mano. Lo estampó en el escritorio de la rubia.

- ¿Qué es esto? – Nayeon se puso sus gafas y agarró el papel. Tzuyu pudo ver como su amiga fruncía el ceño mientras leía - ¿Otra licencia? Esta es la…

- La quinta en el año Nay – informó la latina – Mi madre tenía razón, hay que echarlo inmediatamente, estoy segura que nuestros abogados pueden alegar irresponsabilidad o algo así. Estuve hablando con ellos y dicen que… - mientras Tzuyu seguía diagramando una forma de pagarle menos de indemnización al empleado Nayeon volvía en sus recuerdos, de vez en cuando se tenía que acordar de mover su cabeza para que su socia no le llamara la atención por no estar escuchándola.

Fue exactamente este empleado sobre el cual Jeongyeon opinó que habría que preguntarle porque pedía tantas licencias, y fue en ese preciso momento que Nayeon estaba segura que Jeongyeon le había empezado a caer mal a Chou Zoe. Dios, como detestaba Nayeon a esa mujer. El primer fin de semana que se mudaron, y tal como Tzuyu lo sospechaba, la tuvieron de visita en el departamento y la mujer se había dedicado las dos primeras horas que la vieron a despotricar contra Jeongyeon. No fue hasta que Nayeon la hizo callar pidiéndole respeto por alguien que había sido tan amable de darles asilo, hasta que la mujer paró un poco su veneno. Lo siguiente fue que tanto Nayeon como Sana se inventaron excusas para salir del departamento rumbo a cualquier lado, lo que menos quería hacer era aguantarse a la vieja bruja criticando las elecciones de Tzuyu y a su amiga lamiendo el trasero de su madre con tal de obtener su aprobación. La rubia no supo exactamente donde se ocultó Sana el día sábado, pero ella se la pasó todo el día en su propia oficina. El domingo tanto la bailarina como Nayeon se levantaron temprano para irse al hogar con la esperanza de que las niñas le pudieran hacer olvidar a la bruja de Zoe, y bueno tal vez Nayeon tenía la suerte y se encontraba con Jeongyeon también. Lamentablemente, no fue así. No la vio ese domingo, ni tampoco el domingo siguiente. Nayeon no sabía por qué la tatuadora no iba al hogar, si durante el tiempo que vivieron juntas, lo había hecho religiosamente todos los domingos y algún que otro día más. Lo curioso era que a Sana no parecía sorprenderle, tampoco a Dahyun y mucho menos a la hermana Jihyo, así que el segundo domingo que no vio aparecer a Jeongyeon, no le quedó otra que preguntar. "- ¿Cómo que está en Londres?" Fueron las palabras que le salieron apenas la hermana Jihyo se lo comunicó – "¿Por qué carajo no me dijiste?" – fue la reacción de Nayeon apenas se enteró de que la bailarina ya sabía que Jeongyeon estaba de viaje, de más está decir que la mala palabra enfrente de Dahyun le valió a la empresaria dos padre nuestro y tres Ave maría que la hermana Jihyo le impuso como castigo. Una vez que había procesado la noticia de que Jeongyeon había cruzado el océano, se puso a escuchar todo lo que Momo y le había pedido a la tatuadora que le trajera. Rió a carcajadas cuando se enteró de que la mini japonesa le había pedido kilos y kilos de chocolates y galletas pero no despegó sus ojos de la pequeña pelirroja de cuatro años. La tristeza de Dahyun no pasó desapercibida por Nayeon. La rubia la abrazó con fuerza cuando la pequeña pelirrojita se largó a llorar pidiéndole que fuera a buscar a Jeongyeon porque, en palabras de la pequeña, "la extlañaba mucho y no quelia que se fuerrrr… fuerrla nunca más" Cuando Nayeon y la hermana Jihyo lograron calmarla, ponerle su medicina y dormirla, la empresaria se enteró que Jeongyeon se había venido a despedir unos días después de que las chicas se cambiaran de departamento, pero que aun así llamaba casi todos los días para hablar con la niña.

I'm not for you [2yeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora