ocho

602 46 9
                                    

Menos mal que tenía pega mañana. Cuando llegué en Uber a la dirección que me mandó Taehyung, tuve que revisar varias veces mi teléfono y después mirar la casa en la que estaba. La música estaba a todo chancho, tan fuerte que sonaba hasta afuera.

— ¿Te vay a bajar acá? — preguntó el uber con cara de me quiero ir luego apúrate.

— Parece — dije volviendo a revisar y con cero ganas de bajarme.

— Oye es que te está saliendo un montón, te aconsejo que te baji o si no que nos devolvamos. Además no se ve muy bueno este barrio para andar a esta hora.

Miré al conductor del Uber que se veía más asustado que...

No se me ocurre, pero el punto es que estaba muy asustado.

— Ya, chao gracias te pasaste.

Le di unas palmadas en el brazo y me bajé. ¿Qué por qué no pagué?, tengo el Uber con la tarjeta obvio.

Caminé derechito a la puerta y le mandé un whatsapp al susodicho.

"Estoy afuera".

Después de unos minutos apareció Taehyung en la puerta con una sonrisa bastante desagradable en la cara.

— ¡Era verdad!— gritó y se puso a reír— naaaa, ver para creer.

Lo miré feo.

— ¡Pasa po!, ¿que esperai wachito?

Iba a entrar pero me paró en seco. Su aliento me chocaba en la mejilla y de inmediato me puse más rojo que tomate. Me tomó de las caderas y me acercó a él. Olía a desodorante barato y debo admitir, me calenté con el olor.

— ¿No me vay a dar un besito de saludo?— me susurró y las mejillas me quemaron aún más de ser posible.

— Si Te poni cargante me voy...— le advertí con la media sonrisa en la cara, cual enamorado.

— Que eri rico— me dijo con la boca pegada en mi cuello— te haría de todo.

— Ya, pero adentro— lo empujé con suavidad.

— "Adentro"— me imitó— andamos simpáticos parece.

Entró y yo lo seguí. La casa era rara, las paredes eran verdes y tenía pedazos de pintura salidos y estaba llena de cosas. Fotos familiares, papeles y mil cuestiones más.

Estaba pegado mirando un calendario de esos flaites que te daban en la misa antes porque era como del 2012 y en eso me empujan contra la pared. Me demoré un segundo en darme cuenta que Taehyung quería que nos comamos, así que apenas su boca tocó la mía reaccioné de inmediato. ¿ Y cómo no hacerlo? Si es más rico que la cresta.

Sus manos pillaron mis caderas y las mías el pelo de su nuca. Nos comemos por lo que parecen años.

— Estabay ansioso cuiquito...— dijo y me siguió dando besos bastante escandalosos— pucha que me encanta cuando estay así, todo dócil y callaito.

Me sonrojé de inmediato y le iba a responder, pero una voz salió en vez de la mía.

— Amoooor.

Reconocería ese chillido donde fuera. Quería mirar a Taehyung en busca de explicaciones, pero se alejó de mi Justo cuando Jimin apareció en... bueno ahí donde estábamos con Taehyung.

Jimin me miró con sorpresa.

— Hola po, ¿que hací acá? ¿Te invitó el Jin?, a no, apuesto que fue la cami. ¡Esa es mi chica!

Me arreglé la polera súper incómodo y con dolor de guata. Me aclaré la garganta antes de hablar.

— Nada, o sea— me volví a aclarar la garganta, sin saber qué mierda decir.

— Yo lo invité— dijo Taehyung de la nada— de broma si, no pensé que vendría. Resulta que el cuiquito no tardó en aparecer, parece que andábamos aburridos por casa.

No tenía idea que estaba pasando. ¿Se está burlando de mi?, ¿me está joteando? Definitivamente la primera.

— Bacán po, pero a la próxima trae una donación ya. Siempre que nos juntamos es con donación.

Ese Jimin habla hasta por los codos y me carga su actitud de amigable. No se la compro.

— En verdad vine a buscar una cosa que se me quedó el otro día— dije— era un reloj, Jin lo debería tener.

— Aaaah— Jimin se rio— amor tu siempre creyendo que eri el hoyo del queque, vino por su reloj no por tu invitación ¿cachaste?

— Que andai chistosito amor, igual todos saben que persona que me conoce lijerito anda loquita por mi. No me extrañaría que al cuiquito le pasara lo mismo.

— Jungkook me llamo y no, no estoy ni ahí con flaites como tú.

Jimin se aclaró la garganta.

— Ya pu, ¿pasamos entonces?

— Flaites como yo— salta Taehyung acercándose a mi, de inmediato me pongo nervioso— ojalá tuvieras la suerte de probar a un flaite como yo en la cama. He escuchado que a los cuiquitos les encanta ensuciarse.

Iba a responder con toda la rabia del mundo, pero Jimin agarró a su pololo del brazo.

— Perdón ah, no es muy vergonzoso que digamos— después le dijo en secreto— córtala ya, me dejai en vergüenza.

Taehyung no dijo nada.

— Entremos po— siguió hablando Jimin intentando mantener la calma y no me quedó más opción que seguir a la parejita pal living.

Verdad o reto [taekook!chilensis]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora