CAPÍTULO 10: "Inesperado".

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Pov. Narradora:
— ¿Entonces?, ¿quieres salir conmigo?
— ... Está bien, ¿pero a dónde?
— Pues... ¿Te parece bien una caminata después del entrenamiento?
— De acuerdo. — Revisó su teléfono. — Debemos volver, se hace tarde.

Regresaron al lugar y no vieron a la niña, se preocuparon. Pero toda preocupación se fue cuando vieron a Kyoko con Sero y con Mina.

— ¡Denki, KyoJi!
— Hola chaparra. — La saludó el rubio.
— ¿No habrá algo "especial" Mañana? — Preguntó haciendo puchero, como solía hacer.
— ¿"Especial"? — Ambos se voltearon a ver sin entender lo que la niña quería decir.
— Sí. Mañana es mi cumpleaños, ¡cumplo siete! — Exclamaba orgullosa.
— Amm... No podemos hacer nada muy grande, pero veremos qué podemos hacer para celebrarlo. — La pelimorada la convenció.
— ¡Gracias! ¿Sabían que Sero y Mina son par-...? — Fue interrumpida por la mano de la "alien" Sobre su boca.
— Kyoko-chan. ¿Qué dijimos sobre eso? — La chica estaba extremadamente sonrojada, ni siquiera su piel podía ocultarlo.
— ¿Por qué? Tener novio debe ser lindo. — Mencionó con inocencia.
— ¡¿SON PAREJA?! — El grito de Momo dejó a medio campamento sordo.
— S-Sí. — Respondió Hanta tímidamente, igualmente sonrojado.

— Kyoko, ¿cómo celebras tu cumpleaños? — Preguntó el rubio.
— Pues, antes con... — Su expresión de alegría cambió a una de nostalgia y tristeza repentinamente. — Con mamá hacíamos galletas. Y, y luego las comíamos mientras veíamos una película. — Las lágrimas comenzaron a hacerse presentes, acompañadas de una mueca lista para romper en llanto, Jirou sentía una punzada en su corazón al verla así, pues era una pequeña de apenas seis, casi siete años sin su madre. La persona que le dio la vida.
— O-Oye, tranquila. Estamos contigo, y no te dejaremos sola. — Kirishima se agachó a su altura y la abrazó.
— ¿P-Por qué, por qué mami tuvo que irse? — Al pelirrojo no le importaba estarse ahogando por el agarre de la rubia, pues esta misma lo apretaba igualmente de la camisa y del cuello como si su vida dependiera de ello.
— Tranquila, estás a salvo aquí ¿ok? — Eijirou se separó y la ayudó a limpiarse las lágrimas. Ahora sus ojos, que antes estaban llenos de alegría e inocencia, se encontraban ahora irritados por las lágrimas.

— Quiero a mi mami, ¡quiero verla! — Todos los presentes ahora tenían la mirada baja y pensaban en cómo hacerla sentir mejor, pues si de por sí era duro perder a tus padres, era aún más teniendo menos de diez años. — ¡Mamá! — Corrió hacia Kyoka, quien ahora era su figura maternal, pues desde que llegó ahí la había cuidado, procurado, amado y vestido aún sin tener conexión de sangre.
— Cálmate. Yo estoy aquí, ¿ok? — Al escuchar su voz, la niña calló su llanto al instante, quedando dormida sobre el hombro de la de los lóbulos.
— Será mejor que la lleve a dormir.
— ¡Te acompaño! — Se ofreció Kaminari lo más rápido que pudo, yendo hacia ella para que le diera a Kyoko.
— Con cuidado. — Le susurró ella.

Ambos fueron a acostarla al cuarto de Jirou, y una vez ahí, se sentaron, Kaminari atrás de ella.

— Es muy pequeña, no debería estar sin su madre. — Comentó ella con la mirada baja.
— Lo sé, ningún niño debería estarlo. Pero no se puede predecir un incendio Kyoka.
— ... Lamentablemente no.
— Q-Quería, quiero decirte algo.
— Dime. — Ella seguía de espaldas a él, admirando a la oji verde mientras dormía.
— Para decírtelo necesito que me veas.
— De acuerdo. — Cambió su posición a una en la que lo tenía frente a frente, esperando por su comentario.
— ... Tú... Tú me gustas.
— Kaminari, no creo que sea el momento. — Dijo sonrojada.
— Lo sé, pero debía decírtelo.
— ... Tú, también me gustas. — Admitió finalmente.
— ¿E-En serio?
— Ajá, pero insisto. No es el momento ni el lugar.

El chico hizo caso omiso a las palabras de Kyoka y se abalanzó a besarla.

Esta vez ella sí correspondió, colocando su brazo izquierdo al rededor del cuello de su contrario y con la derecha acariciaba su nuca. Mientras que él la sujetaba de la cintura...

Pero en cuanto Jirou se dio cuenta de que la niña podía despertar y encontrarlos así, se separó del rubio con algo de brusquedad.

— N-No hagas eso aquí, Kyoko nos puede ver.
— Entonces hagámoslo en otra parte. — Me dijo con sonrisa pícara.
— Idiota.
— Pero soy tu idiota.
— Y yo soy una tabla. — Susurró con algo de vergüenza.
— Pero eres mí tabla. — La tomó de las mejillas y la besó con sumo cuidado.

— Denki, ¿estás llorando? — Ambos tenían unas pocas lágrimas acumuladas. Pues les producía felicidad haber confesado sus sentimientos.
— Yo no estoy llorando, tú estás llorando.

— Vámonos, no quiero despertarla.
— ¿Te parece bien si ahora vamos a nuestra... Salida? — Dijo una vez ya fuera de los dormitorios.
— De acuerdo. ¿A dónde quieres ir?
— No lo sé, ¿al bosque? Aquí no hay muchas opciones.
— Creo que al bosque estará bien. Vamos. — Lo tomó de la mano y lo llevó a la parte interna, no demasiado lejos pero sí a una distancia considerable.

Una vez ahí:
— Oye, quisiera saber algo.
— Dime. — Él se acostó sobre sus piernas luego de que Jirou se sentó sobre el pasto.
— ¿Por qué te molestabas tanto conmigo si igual te atraigo?
— ... Porque me daba pena admitir lo que sentía.
— ¿Ahora ya no?
— Pues, ahora que ambos lo hicimos, no.
— ... Te quiero.
— Yo igual.

Continuaron de ese modo hasta que dieron las diez, la hora en que debían dormir.

¿Cómo celebrarán el cumpleaños de Kyoko?

𝐀𝐮𝐭𝐨𝐫𝐚: 𝐀𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐢𝐫𝐦𝐞, 𝐥𝐞𝐬 𝐭𝐫𝐚𝐢𝐠𝐨 𝐚𝐥𝐠𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐛𝐞𝐧𝐝𝐞𝐜𝐢𝐫 𝐬𝐮𝐬 𝐨í𝐝𝐨𝐬:

𝐁𝐚𝐤𝐮𝐬𝐪𝐮𝐚𝐝:
https://youtu.be/-FxQPiM0WAc

𝐁𝐚𝐤𝐮𝐠𝐨𝐮:
https://youtu.be/0mG5216p0yU
https://youtu.be/nig_DQp9LJg

𝐕𝐢𝐝𝐞𝐨:
https://youtu.be/nig_DQp9LJg
https://youtu.be/aWy5R7dmPjo

𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐫𝐨𝐦𝐢𝐬𝐞𝐝 𝐍𝐞𝐯𝐞𝐫𝐥𝐚𝐧𝐝:
https://youtu.be/fkQRxGYXGUE
https://youtu.be/R8lsxTGXlx8

Bajo la misma luna. [KamiJirou].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora