CAPÍTULO 13: "Adopción".

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Pov. Narradora:
Al pasar las dos semanas restantes del campamento, Bakugou, Jirou y Kaminari se encontraban buscando en Internet la ubicación del horfanato en el que Kyoko se encontraba. La querían de vuelta junto a ellos.

Aizawa-sensei les había dado un pequeño indicio de la ubicación y así, comenzaron su búsqueda por la web hasta que dieron en el blanco.

— ¡Lo encontré! — Comentó el rubio con orgullo.
— Dame eso —, El centro tomó el aparato entre sus manos y vio la ubicación. Al parecer era la correcta — por primera vez haces algo bien. Aquí está.
— Gracias Bakugou. Iremos por ella en cuanto esto acabe —. Dijo la de los lóbulos.
— Ajá. Sólo avísame para decirle a la "vieja".

— ¿Ya todos tienen sus cosas? — Preguntó la oruga en su saco.
— ¡Sí! — Respondieron todos al unísono.
— ¿Ustedes irán al horfanato, no?
— Así es, pero por ahora no podremos adoptarla. Primero tenemos que hacernos legales.
— Así que sólo comprobarán si sigue ahí.
— Exacto —. Aclaró el cenizo.
— Suerte.

Uno por uno subieron al autobús y Denki tomó lugar junto a su novia.

— KyoJi.
— ¿Mmm?
— Te quiero —. La abrazó y apretó como si le pagaran por ello, por lo que la chica clavó uno de sus jacks en su oreja —. ¡Auhh! Ay, déjate querer.
— No me gustan los abrazos.
— Pero a mí sí, por favor —. Pidió con un puchero y alargando la "O" De favor.
— No.
— Hmm... Entonces creo que no me queda opción.

Con su mano derecha, le volteó la cara y luego la besó.

— ¡KAMIJIROU! — Gritó la alien con euforia.
— ¡Denki! Te he dicho que no hagas eso, a menos que estemos solos —. Lo regañó sonrojada.
— ¡Pero te gustó!
— Es cierto que los polos opuestos se atraen, kero —. Comentó la ranita con el dedo índice en su labio inferior.
— Ajá, ellos son lo contrario que hace una pareja perfecta —. YaoMomo esbozaba una sonrisa sincera mientras recargaba su cabeza sobre el hombro del bicolor.

— Y ustedes no se quedan atrás —. Confirmó Mina con mirada pícara.
— Chicas.
— ¿Qué pasa, Uraraka-san?
— Mmm... Deku y yo somos pareja —. En ese momento, los tomates envidiaron a Izuku, pues el color de su rostro era más rojo que el cabello de Kirishima.
— ¡IzuOcha!

— Joven Jirou y Kaminari.
— ¿Sí, sensei?
— Los dejaremos a ustedes aquí, en este lugar está la chiquilla —. El mayor señaló un edificio blanco rodeado por un jardín con algunos juegos.
— De acuerdo. Muchas gracias sensei.
— Ahora bajen —. Se volvió a acomodar en su saco para luego comenzar a roncar.

Ambos bajaron junto con sus pertenencias y se quedaron mirando el edificio con la esperanza de que su pequeño retoño siguiera ahí.

Al ingresar, los recibió una mujer con un vestido largo y negro, con un mandil blanco y el cabello recogido en coleta alta, con zapatos de piso oscuros.

— Buenos días. ¿Necesitan algo?
— Sí. ¿Dónde están los niños de seis años?
— Creo que son muy jóvenes para adoptar —. Les dijo la mujer con una ceja encorvada.
— Lo que pasa es que según nos dijeron, aquí se encuentra una niña que salvamos de un incendio.
— ¿La pequeña que tiene quirk de rayos X?
— ¡Exacto!
— ... Vengan.

Los adolescentes la siguieron al segundo piso, donde entraron a una habitación con unos diez niños aproximadamente, entre ellos estaba Kyoko.

— ¡KyoJi, Denki! — La niña no esperó más y se lanzó a los brazos de las personas que ahora más quería —. ¡Vinieron por mí!
— Kyoko, escucha. Vinimos aquí para verificar que estuvieras, pero nos tendrás que esperar porque el proceso para adoptarte es un poco largo y aún no sabemos si los permitirán tenerte —. Le explicó la chica.
— Entonces... ¿No me llevarán?
— Sí lo haremos, pero danos tiempo, por favor. ¿Está bien?
— De acuerdo. Siempre y cuando cumplan su promesa.

— Pero tenemos que decirte que complicará más porque-...
— Porque únicamente se pueden adoptar niños de seis años o menos. Lo sé.
— ¿C-Cómo lo sabes? — Preguntó el eléctrico prácticamente en shock.
— Mamá me lo dijo. Hace unos dos años quise tener un hermano o una hermana más grande que yo, y mamá me dijo que no podía adoptar a alguien que fuera mayor.
— ¿Entonces qué les dijiste?
— Tal vez dije una mentira piadosa.
— ¿Cuál?
— Puede que dijera que tengo seis en lugar de siete, de esa forma me pueden adoptar.
— Eres una tramposa —. Le dijo el rubio aguantando la risa.
— Te dejo pasar esta, pero no quiero que digas mentiras. ¿De acuerdo?
— Sí, KyoJi.

— Iré a preguntar por la adopción.
— Ok, yo me quedo aquí con ella.
— Disculpe.
— ¿Sí?
— Amm... Quisiera saber los requisitos que debemos cubrir para adoptar.
— ¿Cuántos años tiene?
— Mi novio y yo tenemos 17 —. Informó sonrojada, nunca lo había llamado así frente a nadie. Y no era que le diera vergüenza, sino que más bien, no estaba acostumbrada a presentarlo así.
— Son muy jóvenes. Pero si regresan en dos años, no podrán adoptarla.
— Lo sabemos. Es por eso que vinimos hoy, regresaremos cuando nos hagamos legales.
— De acuerdo. En cuanto cumplan 18 años pueden llevársela, pero iremos a verla para verificar que viva en buenas condiciones.
— Gracias.
— Los espero aquí en unos meses.

Se despidieron de Kyoko y comenzaron a buscar opciones para empezar a trabajar, necesitaban tener estabilidad económica para poder darle una buena educación y tres comidas al día como es debido.

Volverían en lo que se hacían exámenes médicos y conseguían trabajo.

¿Ella seguiría ahí para entonces?

Bajo la misma luna. [KamiJirou].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora