Park Jimin y Kim TaeHyung son hermanastros que se llevan tan solo dos meses de diferencia; sus padres se casaron cuando ellos apenas tenían cinco años y desde entonces son inseparables.
La sociedad los discriminaba como los "niños de prueba" como si...
El siguiente capítulo contiene escenas narradas e imágenes:
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En casa de los hermanos Park y Kim se respiraba un ambiente incómodo, extraño y pesado. Los gemelos Jeon habían llegado hacía más de diez minutos y nadie, ninguno de los cuatro, era capaz de abrir la boca por las consecuencias que aquello podría conllevar.
Ninguno quería decir la frase destinada del contrario.
Pero no podían culparlos; aceptar sentirse atraído por alguien que no era tu pareja había sido una tarea bastante sencilla, que les gustara la personalidad del hermano o gemelo contrario también, pero aquello no.
Jeongguk no podía ver a nadie a la cara. Si veía a su gemelo se sentía culpable porque pensaba que estaba robándole al amor de su vida, si miraba a su cuñado pensaba que ese dulce chico que era tan sensible como él estaría pasando un muy mal rato y si veía a su novio... mirad a TaeHyung le hacía daño porque egoístamente desde hacía tres años que lo vio por los pasillos lo quería para él, solo para él.
TaeHyung sin embargo no dejaba de ver a los tres presentes tratando de leer sus mentes. Él quería a su conejito bebé, se había enamorado en un abrir y cerrar de ojos de alguien con una personalidad que jamás pensó lo haría. Compartían tantas cosas, el arte era lo principal que los había unido y él ansiaba tanto el sexo con su Gguki; nunca pensó que se sintiera tan bien que alguien le llenara de mimos las 12 horas que estuvieran en la calle y las otras 12 fuera un daddy azotador en la cama.
JungKook solo podía cerrar sus ojos y tratar de controlar su respiración, sabía que estaba hiriendo a su gemelo indirectamente; sabía que estaba haciendo daño a su Minnie. Ese niño de cuerpo inimaginable y delicioso, ese chico que había llegado cual huracán a sacar su parte racional y a su vez la parte cariñosa que no compartía con nadie. Tenía claras algunas cosas, como que TaeHyung era terriblemente atractivo y un chico con quién podría pasar hablando horas y horas por todo lo que tenían en común, que con él creaba un ambiente cómodo; pero también tenía claro que no le dejaría abrazarlo como lo hacía su híbrido de vaquita y pollito.
Jimin jugaba con las anillos en sus pequeños dedos viendo de reojo a su hermano, al ser que más había amado en su vida hasta ahora, observarlos a todos. Él estaba bien con las relaciones abiertas, él sentía atracción y un cariño especial por Gguk; pero cuando miró la cara cansada de su Kookie quiso llorar. Finalmente, el que parecía menos valiente, fue el que abrió la boca titubeante.
-¿Por qué nadie dice nada? -Susurró en una pregunta Jimin.
-Siento que me voy a morir. -Acotó Nochu llevando sus manos a su rostro, había escuchado su frase salir de la boca de su cuñado. Jimin comenzó a llorar en silencio.
-Por la mierda, es real. -Se quejó JK copiando el gesto de su gemelo y dejándose caer en el sofá del apartamento de los hermanos.
-Me cago en mi vida. -Susurró TaeHyung copiando el gesto de su cuñado.
