The jacket you never returned | Bokuaka [Haikyuu]

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Esta es la verdad: es difícil amar a a quien ama a alguien más.

Y no sé cómo convertir eso en poesía.

Clementine Von Radics, Untitled

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La boda fue hermosa, y Akaashi logró convencer a todos de alguna manera que estaba bien; la postura intachable siempre al lado de Bokuto.

Megumi, la novia, era linda.

Lo que realmente era un problema porque Akaashi no podía odiarla. Era tan agradable y se reía de todas sus bromas, sujetando a Bokuto junto a ella, el anillo en su dedo.

Era buena.

Akaashi pasó diez minutos en los baños.

—¡El testigo tiene un regalo para los recién casados! —El maestro de ceremonias fue demasiado enérgico al presentar a Akaashi, quien estaba de pie en medio de la plataforma, sujetando su violín— ¡Por favor démosle una ronda de aplausos!

Y la audiencia estalló en ovación, muchos de ellos emocionados. Kuroo elevó una ceja y Akaashi lo miró significativamente, antes de girarse hacia la pareja.

Tragó hondo. Se veían tan perfectos, como si estuvieran hechos el uno para el otro, y lo miraban sonrientes y sentía que iba a llorar, de nuevo. Sus manos se sentían húmedas, su pecho retumbaba, el corazón latiendo desbocado. Estaba al borde del colapso y aún así se forzó a calmarse.

Ya lo había perdido.

—Tocaré una pieza para Megumi-san y Bokuto-san —dijo frente al micrófono, colocándose en posición—. Aunque supongo que ahora ambos son Bokuto-sans...

Los espectadores rieron mientras él sentía que se le encogían las entrañas por la broma que acababa de hacer.

Así que solo cerró los ojos, y esperó a que sonara la pieza que había elegido para Megumi.

El pianista al que pidió que lo acompañara presionó las primeras notas, y él empezó a tocar en su tempo. Todo el lugar permaneció en silencio, todos estupefactos ante él.

Spiegel im spiegel.

Bokuto sintió algo removerse dentro de él. Un latido sordo en su pecho, la mirada fija en la figura de Akaashi.

Megumi le dijo algo que no logró escuchar.

No podía oír nada más que la música, que le parecía tan dolorosamente familiar, y no podía ver nada más que a Akaashi, tocándola.

De pronto estalló en lágrimas.

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—Siempre pareces estar a punto de llorar cuando interpretas esta pieza —menciona Bokuto cuando Akaashi finaliza Spiegel im spiegel.

—¿Sí...? —Akaashi indaga al alejar el violín. Ha sido todo por el día de hoy— Es mi pieza favorita.

—¿En serio? —Le pregunta Bokuto cuando se levantan a estirarse un poco —¿Por qué?

Akaashi gira hacia él, sonriendo, y Bokuto olvida cómo respirar. Se ve perfecto de pie frente a él, las luces del atardecer impactando contra su figura solo logran que se vea aún más hermoso, y no puede creer que se trate de su mismo Akaashi. Su Akaashi. Su amado, por quien se siente amado; y sabe que es tan, pero tan afortunado de tenerlo a su lado.

—Porque me recuerda a ti, Koutarou.

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Akaashi concluyó la interpretación, recibiendo vítores de pie de los presentes; incluso algunos de ellos lloraban.

Tras una reverencia dijo brevemente "Felicitaciones, Bokuto sans", y dejó el escenario.

Se preparaba para lo que tocaría después de la cena.

Solo cuando húmedas gotas sobre su Silentum aparecieron, fue que se dio cuenta de que estaba llorando.

Quería abrazarlo.

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—Akaashi, ¡muchas gracias! —Bokuto corrió hacia él, sonriendo— ¡Eres el mejor testigo de bodas y el mejor amigo que podría pedir jamás!

Y bajo la luz de la luna, y con los reflectores sobre ellos, Bokuto lucía tan hermoso y le produjo tanta nostalgia, que agitó su interior y su corazón amenazó con estallar. Akaashi tomó una decisión en menos de un segundo sobre qué hacer a continuación. Quería tocarlo. Solo una vez. Por última vez, por dios. Por lo que debieron ser...

Se inclinó hacia él, besando la mejilla de Bokuto, una sonrisa amarga y los ojos llenos de lágrimas por desbordar.

Él nunca lo recordaría. Ni ahora, ni nunca.

Lo que fueron hasta ahora sería olvidado para siempre.

—Solías llamarme Keiji, Koutarou.