En algún lugar de ese bosque un gran y alto monstruo caminaba pacíficamente. Se detuvo abruptamente, lo había escuchado, había escuhado el latir de un corazón humano.
Corrió rápido pero sigiloso escondiéndose en unos arbustos para que no huyera su presa, hace una semana no comía nada, estaba hambriento.
Quedó sorprendido al ver que no era un humano, era un país. Los corazones de ambos seres eran identicos, así que le servía de igual manera. Pero lo que más lo sorprendió fue el hecho de que estaba sentado rayando un cuaderno tranquilamente. Hasta el propio monstruo sabía de las cosas horribles que se decían de ese bosque ¿Cómo estaba tan tranquilo?
Ale-; Sé que estas ahí, ¿Me comerás o no?
El Wendigo quedó sorprendido, ¿Acaso quería que se lo comiera? ¿Qué clase de país era? Pero ignoró las preguntas, no se resistía, ¡Comida fácil!
Salió de los arbustos poniéndose en frente del alemán, era muy notoria la diferencia de altura. Mientras que Alemania solo medía 1.76, aquel gran monstruo llegaba a los 3.40, era gigante.
Sin darle un segundo para reaccionar la criatura atravezó el pecho del alemán con sus garras evitandó tocar su corazón y matándolo al instante.
Tiró al piso el cuerpo ahora sin vida para sacar su alimento. Rompió su ropa, piel y carne dejando al expuesto sus órganos. Todos habían dejado de funcionar a excepción del corazón, este aún tenía color y seguía latiendo lo que desconcertó de gran manera al Wendigo, siempre uso la misma técnica, con humanos y países, cuando les habría el pecho no latian, sin importar de que criatura se tratara dejaban de latir. Pero ese no, seguía latiendo, ese corazón aún no moría.
"Deseguro en unos minutos dejará de palpitar" Se dijo a si mismo la criatura sentándose bajo el árbol donde Alemania antes estaba, tomando una pequeña siesta esperando a que su comida estuviera lista.
Una hora, pasó una hora con el corazón descubierto al aire, y aún seguía palpitanto. Eso no era normal para NINGUNA criatura... bueno, solo había una que el Wendigo conociera que tuviera ese poder... Pero Alemania no entraba en esa descripción.
Intrigado por el país, y por que no tenía otra opción, agarró el cuerpo con cuidado y empezó a caminar hasta llegar a un árbol que parecía normal.
Con una de sus manos rasguño salvajemente la corteza del árbol, la marca empezó a brillar de un color turquesa haciendose cada vez más y más grande hasta que terminó con la forma de una gran puerta por donde el wendigo entró.
Era magia, adentro de un simple árbol había un pequeño paraíso con pequeñas plantas y un lago rojo, todo era oscuro y rodeado de corteza de árbol siendo iluminado por los pequeños agujeros de la madera que dejaban entrar pequeños rayos de luz.
Colocó el cuerpo en el piso, seguía palpitanto. Quería respuesta, y también comida, así que iba a romper una de las más importantes reglas que tenía. Iba a revivirlo.
ESTÁS LEYENDO
Cᴏʀᴀᴢᴏ́ɴ Pᴀʟᴘɪᴛᴀɴᴛᴇ 'ᵃˡᵉᶜᵃⁿ'
Random¿Tú conoces a los Wendigos? ¿No? Yo tampoco lo hacía, si me hubieras preguntado antes te respondería que eran horribles criaturas, MONSTRUOS. Pero ahora que conocí la verdad... creo que conozco la cura... -Disculpen la portada toda fea y los errores...