EL ORIGEN DE LA VERDAD

Capitulo 4

2 horas más tarde

Sandra

Despierto poco a poco, lo primero que observo es a mi madre dormida, giro mi cabeza y veo que estoy con un suero... termine en el hospital, me espera muchas preguntas, principalmente las de mis padres.

—Mi nenita ya has despertado— me acaricia la mejilla— ¿Cómo te sientes?—

—Tengo mucha sed, me alcanzas un vaso de agua por favor— bebo un sorbo— porque estoy aquí

A la habitación entra un doctor de 1, 80, su mirada es muy amigable.

—Soy el Dr. Duarte, tienes un tumor en el cerebro no es nada grave te curas con una operación—

—En la clínica que siempre me veo, si me habían mencionado que podría tener algún tumor pero no especificaron en donde—

—Cuanto será el costo de esa operación— vemos que ingresa mi padre, siempre con su mirada de fastidio—

—No deben de preocuparse el Sr. Carrera ya se encargó de todos los gastos—

¿Paul pago mi operación? Es algo que no me imaginaba, Pasaron años sin embargo el jamás cambio su trato conmigo, es un hombre que si vale la pena, sus sentimientos son muy puros y es demasiado leal

— ¿Sabe si todavía se encuentra en el hospital?— le pregunto al médico

El niega con la cabeza y luego me entrega un papel

Te visitare en dos horas, cuando llegue quiero verte bien y despierta. Te amo Paúl.

Paúl

Pasaron dos horas, no me importa estar sentado en duro banco, con tal de verla para mi es suficiente, sus pequeños ojos color marrón, su cabello ondulado, esas mejillas tan gorditas de color carmesí esos labios tan gruesos que me tientan a besar, ni los años han servido para que te deje de amar, así quería mi madre Cocomult, ella sabe las veces que llore por ti, los celos que cargaba cuando otro chico te hablaba.

—Gracias por esperar a que despierte— bosteza y se sienta— no debiste pagar la operación, por favor déjame pagar lo que te debo

—Puedes pagarme contestando esta simple pregunta— le acaricio su mano izquierda— ¿Aceptarías ser mi novia?

—Te amo Paúl Carrera, mi anhelo fue este el oírte decir que quieres que sea tu novia, obvio que deseo serlo. —

Viviremos los mejores años de nuestras vidas.