CAPITULO 23

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Paúl:

Estoy en la casa de mi primo Saúl, desde muy pequeño le han gustado los animales y bueno ahora que tengo a mi pequeña Saidel en casa quiero regalarle un compañero.

Yo soy fanático de los perros, son los mejores compañeros del hombre más que los gatos porque bueno a la final se van en cambio un perrito es súper fiel.

Mi tío me recomienda que no tengamos un perro como mascota ya que Saidel es bebita y será más complicado lidiar tanto para mí como para Sandra, me dice que la mejor opción es un conejo.

—Que te pareció el conejito de la izquierda— mira atento al jardín— tiene mes y medio de nacido

El conejo del que me hablan es de color blanco con manchitas cafés y no lo niego ¡se ve muy tierno!

—Me quedo con este chiquitín, espero que en casa no se molesten

Se acerca mi prima Mónica para saludarme con un beso en la mejilla.

Saúl, Mónica y yo siempre tuvimos una excelente relación de primos, no recuerdo habernos peleado alguna vez.

—Hablando de hogar, para cuando el matrimonio Paúl— pregunta mi prima Mónica— Sabes que nuestra familia es muy pegada a Dios y especialmente a los sacramentos

—Nos casaremos cuando le bauticemos a Saidel, antes de que digan algo, están especialmente invitados al bautizo será el mes que viene

Saúl graciosamente golpea su frente con la mano, lo cual me provoca mucha gracia

—Hay hermana...¡eres muy original!, gracias primo por la invitación

—Jajajaja gracias por la invitación primo querido y para que te informes Saúl no es malo preguntar yo personalmente no soy de las personas que se adapta a las modas.

—No peleen— les abrazo— Fui muy bendecido con tenerlos en mi vida, no tuve hermanos, pero les tengo a ustedes

—Hago la entrega de tu segundo hijo— me dice mi tía Francisca

(Aqui un pequeño espacio para que aprecien a !Algodoncito! el nuevo miembro en esta familia)

Sigamos•••••♪♫

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Y como que si Mónica hubiera leído la mente de Sandra

En su celular Sandra está buscando vestidos de novia, quiere un modelo que vaya con ella

El primer vestido que vio es de tiras delgadas y falda amplia el color es blanco puro y sin diseños

—Un vestido así me gustaría, si con este modelo me quedo

—Ya les fui a ver a los muchachos, veo que estás viendo vestidos de novia Sandrita

—Tía Francisca no se imagina el anhelo que tengo de casarme, pero como decía mi abuelo Leonardo es mejor no planificar nada y dejar que el destino te sorprenda.

—Yo no sé porque Paul se demora en pedirte matrimonio, ambos se quieren y tienen una hermosa bebita.

—Cuando sea el momento le prometo que vengo a pedirle a que me haga mi pastel de boda

—¿Estás hablando enserio hija? — dice emocionada

—Claro que si Tía Francisca


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