Aléjate [MinKey]

CAP3: Enredos

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Ki Bum no quería pensar en lo que había ocurrido en su departamento, pero era inevitable. No estaba seguro de qué exactamente había visto Min Ho, pero sabía que se habían visto justo cuando él había terminado de autocomplacerse, era imposible que no haya escuchado sus gemidos. Joder, siempre tenía que empeorar las cosas, lo menos que quería era interactuar con él. Sin embargo ahí lo tenían, a punto de empezar un ensayo de horas, donde constantemente tenían que estar viéndose.

—¡Bueno empecemos!—la voz de su líder lo sacó de sus pensamientos.

Habían llegado a tiempo para el ensayo, ni Tae Min ni Jin Ki preguntaron nada. Fue un alivio.

El ensayo transcurrió con calma, los miembros estuvieron totalmente concentrados en perfeccionar su performance, pues dentro de dos días tenían una de sus primeras presentaciones oficiales en un programa musical. Sin duda, la presión por no decepcionar a sus fans estaba presente, al igual que la necesidad de poder transmitir lo mucho que les habían extrañado.

Aún con Min Ho, dándole miradas de reojo cada cinco minutos, ningún incidente mayor pasó. Para Ki Bum, eso clasificaba como algo bueno. Sin embargo, cuando estaban por terminar la práctica, el fanático de los deportes habló.

—¿Cenamos juntos?—preguntó sonriente Min Ho.

—¡¡Sí!!—respondió un alegre Onew.

Tae Min se limitó a sonreír en señal de aprobación y Ki Bum fue arrastrado al restaurante con ellos.

El restaurante les dio un cuarto cerrado para que gocen de mayor privacidad.

—¿Jugamos?—preguntó el maknae—Porque se van a demorar en servirnos—

Odiaba los juegos, los detestaba, quería que la tierra se lo tragase, pero Ki Bum no podía salir de esa situación. Así, el juego de 'Yo nunca he...' comenzó.

Las afirmaciones iniciales las consideró bastante infantiles para la edad que ya tenían. Yo nunca he tomado prestado algo de otro miembro y no lo he regresado. Yo nunca me he burlado de algún corte de pelo de los demás. Yo nunca me escapé de los managers. Yo nunca he ligado con otras idols. Yo nunca me he emborrachado con extraños. Yo nunca he mentido acerca de estar ocupado.

—Yo nunca he tenido sexo casual—sentía que era casi su obligación agitar el ambiente.

Los demás miembros se quedaron algo inquietos. El único que bebió fue quien hizo la pregunta: Ki Bum.

—¿En serio? ¿Ni uno ha tenido sexo casual?—volvió a preguntar Key—Qué aburridos son—

—No somos aburridos—se quejó Jin Ki—Solo que tampoco es que salga mucho, sabes—

—Si ese es el problema, aquí tienen su gurú del amor—recalcó Ki Bum—Así que cualquier consulta, yo tengo los mejores points para ligar—

—Hyung...¿Lo has hecho...—la voz de Tae Min se fue perdiendo—con muchas personas?—terminó en un susurro.

—Digamos que después de estar sin contacto por más de un año, cada salida se volvió en un encuentro nuevo—sonrió para sí.

La única persona que guardó silencio durante esa calurosa conversación fue Min Ho, quien ni se atrevió a mirar a Ki Bum mientras hablaba, pues su mente lo llevaba a horas más tempranas y no era recomendable pensar en ello. No debía.

Las preguntas fueron interrumpidas por una mesera que les informaba que estaban por servir sus órdenes.

El resto de la velada, se la pasaron hablando de trivialidades, aunque Min Ho, sentía que no estaba tan presente en la conversación como quisiera. Su razón de desconcentración eran las constantes vibraciones del celular de Ki Bum. Sabía que estaba intercambiando mensajes con alguien y la curiosidad por saber quién es lo carcomía. No podía preguntarle directamente, porque Key nunca le diría la verdad, es más, tal vez hasta se fastidiaría y le diría que ni su madre le controlaba la vida.

Min Ho notó que Ki Bum estaba algo apurado porque su cena terminara, notaba que ya quería irse. No sabía por qué exactamente lo sugirió, no supo si fue porque quería fastidiar a Key o porque quería pasar más tiempo con su grupo, pero lo hizo.

—¿Vamos a un karaoke? Hace tiempo que no lo hacemos—preguntó un Min Ho, algo bebido.

—¡¡Siiiiiii!!—aprobaron Tae Min y Jin Ki que estaban medios borrachos.

Otra vez, Ki Bum solo los siguió. Min Ho sabía que lo hacía para que luego no le reclamaran y que a la menor oportunidad se iría.

En el karaoke, tuvieron otra ronda de bebidas. Min Ho y Ki Bum eran los que estaban menos afectados por el alcohol, mientras que Jin Ki y Tae Min saltaban por toda la habitación y cantaban a gritos. Ki Bum empezó a bailar todas las coreografías que recordaba mientras Tae Min a su lado inventaba pasos y Jin Ki gritaba a todo pulmón. Por otro lado, estaba Min Ho que si bien estuvo cantando bailando con ellos por un buen rato, luego se dio cuenta que su presentación era en dos días y que si alguno se enfermaba todo se iba al agua.

No lo dudó dos veces y empezó a darles agua a todos, aunque no querían recibirla.

—Yo no me voy, no me voy nada—le gritó Jin Ki a Min Ho.

Tae Min ya estaba durmiendo en uno de los sofás.

—Vamos, hyung, tu taxi ya llegó, te llevaría yo, pero estoy igual de borracho—trató de calmarlo Min Ho.

—Por eso, nos quedamos aquí—le ofreció el líder—Podríamos vivir aquí, está bonito—dijo mientras soltaba una sonrisa tonta.

Min Ho soltó una carcajada y abrazó a Jin Ki lo suficiente para arrastrarlo hasta el taxi que había pedido. Key se encargó de llevar a Tae Min hasta el taxi. Lo bueno es que Onew y Taemin vivían cerca, por eso no era problema que se fueran juntos.

Después de todo el trajín que implicó despachar al maknae y al líder, Ki Bum y Min Ho se echaron en los sofás del karaoke para descansar un rato.

Ki Bum estaba echado, mandando mensajes, cuando Min Ho se paró y empezó a cantar una singular balada. Poco a poco se fue acercando a Ki Bum, quien sonreía de lado, como expresando lo mal que le quedaban las baladas al menor. Sin embargo, su sonrisa se fue borrando, al sentir lo cerca que estaba Min Ho de él. Se estaban mirando fijamente, notó cómo el menor desviaba su mirada hacia sus labios y luego lo volvía a mirar. Entendía ese movimiento, entendía esa mirada, pero se negaba a entender que era Min Ho quien lo estaba mirando así. El menor se acercó un poco más, Ki Bum no se movió, una parte de él quería salir huyendo y otra le decía que se dejara llevar. Podía sentir la respiración de Min Ho, el olor a soju tan cerca de él. Fue en el momento en que rozó sus labios que su mente volvió en sí y su celular comenzó a sonar, como si de una campana salvadora se tratase.

—¿Llegaste?—la voz de Ki Bum sonaba agitada.

La persona detrás de la llamada parecía haberle respondido con una afirmación, pues Ki Bum se paró, tomó sus cosas y salió de la habitación sin mirar a Min Ho una sola vez.

—Nos vemos—dijo, a la vez que cerraba la puerta.

¡¿Qué había pasado?! La cabeza de Min Ho le empezó a dar vueltas. No sabía quien había llamado a Ki Bum, pero estaba molesto con esa persona. Los había interrumpido. Los había interrumpido en un momento crucial. Los había interrumpido cuando estaban por...¿Qué había interrumpido? ¿Qué se supone esperaba que pasase? ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué había hecho eso?

Ahora se entendía menos. Min Ho llamó a un conductor asignado y decidió dormir las pocas horas libres que tenía, porque sentía que su cabeza explotaría si pensaba más en lo que le estaba pasando con Ki Bum.

Su día había sido un enredo.

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