Daddy's Boy ||L.S||

18

Harry estaba en el trabajo, así que sólo estaban Louis y Niall en el apartamento.

Ambos estaban haciendo sus propias cosas, Louis viendo películas en su cuarto oscuro ya que estaba lloviendo mucho y Niall encerrado en su habitación.

Louis estaba pasando por una fase de películas tristes así que tenía toda su colección que encontró en lo profundo de la biblioteca de películas de Harry. Estaba enterrado en pañuelos y agarrado a su peluche con mucha fuerza a la mitad de la segunda película.

Ahora estaba viendo la película de disney Up! y a los veinte minutos ya se había echado a llorar.

"¡Por qué tenía que morir!" Sollozaba entre las mangas de su jersey, con la visión borrosa mientras veía a Carl ir solo por la vida.

Estuvo llorando durante toda la película, riendo cuando Doug hablaba y cuando Kevin por fin conseguía estar con su familia.

Al final de la película, el estómago le retumbaba con fuerza y emitía ruidos parecidos a los de una ballena. Resopló mientras se arrastraba fuera de la cama y caminaba por el pasillo hacia la cocina.

Reviso la nevera y sólo encontró comida sana, lo que le hizo gemir. Se sirvió un poco de cereal y comió sus cheerios mientras el sonido de los truenos vibraba por todo el apartamento.

Arrugó las cejas cuando sus ojos se posaron en la habitación de invitados donde estaba el conejo irlandés. No había salido desde la cena de anoche y estaba realmente decaído mientras todos comían.

Se dirigió lentamente hacia la puerta, poniendo la oreja en la puerta para escuchar el interior. Todo estaba extremadamente silencioso, giró lentamente el pomo para ver si estaba cerrado, lo cual no era así.

"Niall, te gustaría..." Se detuvo al ver al rubio acurrucado en un pequeño ovillo junto al suelo mientras miraba por la ventana con huellas de lágrimas manchando su rostro. Se balanceaba de un lado a otro mientras apretaba la mandíbula, haciendo que el chico se sintiera mal por él al instante.

"Me gustaría estar solo, Louis". Murmuró la voz de Niall, habitualmente optimista, pero ahora inexpresiva. Ni siquiera se atrevió a girarse para mirar al híbrido felino.

"Pero estás llorando", susurró el hombre de ojos azules mientras entraba de puntillas en la habitación, tomando asiento junto al conejito, que sólo lloraba más fuerte.

Su cabeza bajó para descansar entre sus rodillas mientras sus hombros se agitaban por los sollozos.

Louis no tuvo más remedio que dejar su cuenco suavemente en el suelo para poder rodear al rubio con sus brazos, envolviéndolo en un abrazo que relajó a Niall por un segundo.

Sus hombros se congelaron e incluso se inclinó hacia el abrazo por un momento hasta que abrió los ojos y se apresuró a alejarse del otro hombre.

"Quiero estar solo". Repitió, dándole la espalda.

"Pero, quiero ayudar". Chistó Louis, cruzando los brazos sobre el pecho porque Niall estaba siendo terco.

La habitación quedó en silencio ya que ninguno de los dos tenía nada que decir. El único sonido fue el de los truenos que siguieron a los relámpagos que cayeron en el cielo, haciéndolos saltar a ambos cuando un rayo cayó cerca del edificio.

Toda la sala retumbó por el tiempo y fue entonces cuando Louis apenas escuchó: "Sólo quiero morir".

Saltó ante eso, volteando a Niall agresivamente porque este era un asunto que debía hablarse cara a cara.

"No digas eso". Espetó Louis, sacudiendo la cabeza con rabia porque puede reconocer ese sentimiento y no era uno para mantener en sus pensamientos. "Por favor, no digas eso". Gimoteó, descubriendo que se le saltaban las lágrimas junto con el chico triste. Nunca pensó que Niall sería así.

"Deberías haberme dejado en paz". Susurró Niall, abrazando sus rodillas contra su pecho. Estaba temblando y sentía que no podía ni respirar.

"¡Por qué dices eso, Niall!" bramó Louis, lanzando las manos al aire de forma dramática.

"¡Liam ya no me quiere!" Replicó, sus ojos azules hinchados se ensancharon mientras miraba al otro sumiso. "La he cagado y se ha enterado y ahora ya no me quiere, así que ¿qué sentido tiene vivir?".

Louis enarcó las cejas y negó con la cabeza ante sus palabras. Niall le dio demasiada importancia a Liam.

"¿Qué has hecho?"

Niall lo miró preocupado antes de suspirar y cerrar sus hinchados ojos azules. "Me acosté con otro dominante". Admitió: "Liam estaba siendo un idiota. Así que me fui al pub y una cosa llevó a la otra. Hice una estupidez y me lo traje a casa porque pensé que Li se iría pero supongo que no".

El gatito estaba completamente sorprendida por esto porque Niall ni siquiera parece de las personas que eran infieles. O del tipo que abandona a su dominante. Supongo que el chico está lleno de sorpresas.

"Eso no significa que te mates por ello".

"Llevo mucho tiempo queriendo hacerlo". Niall respiró, sus manos se formaron en puños y sus fosas nasales se encendieron mientras miraba al suelo con rabia.

"Vale, escucha". Louis exhaló, acudiendo a su último recurso para convencer a la rubia de que no estaba pensando bien. "Sé cómo te sientes, de acuerdo". Se subió las mangas y le mostró a la rubia sus muñecas.

Sus cortes estaban curados y ahora sólo eran líneas débiles en su piel, pero si alguien miraba lo suficiente, sabría lo que hizo.

"He intentado hacerlo. Pero cuando no funcionó, lo vi como una señal de que no debía volver a intentarlo". Louis añadió: "Liam te quiere y si se enterara de que quieres suicidarte, no estaría contento".

Niall simplemente asintió, cerrando los ojos mientras respiraba profundamente. Podía sentir cómo su pecho se expandía y desinflaba con cada respiración que hacía. Utilizó ese método para calmarse.

La habitación volvió a quedar en silencio, y Louis por fin empezaba a sentir que se había metido en la cabeza del hombre hasta que escuchó que la puerta de la habitación se abría para dejar ver a Harry, que parecía extremadamente confundido.

Sus cejas estaban entrelazadas mientras sus intensos ojos verdes escudriñaban la escena.

"¿Qué ha pasado aquí?" Preguntó el dominante atravesando el umbral de la puerta para poder interrogar a los dos sumisos que estaban agachados en el suelo con lágrimas en los ojos.