Prólogo

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Viento cálido que golpeaba el blanquecino rostro, los cabellos negros se movían al compás dando suaves caricias a la tersa piel, labios rosados, pestañas tupidas que se posaban sobre mejillas sonrosadas y una brillante sonrisa de perlas blancas

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Viento cálido que golpeaba el blanquecino rostro, los cabellos negros se movían al compás dando suaves caricias a la tersa piel, labios rosados, pestañas tupidas que se posaban sobre mejillas sonrosadas y una brillante sonrisa de perlas blancas.

Wei Wuxian mantenía los ojos cerrados aspirando el fresco aroma que le brindaba la playa Daecheon, el oleaje era tranquilo y el agua fría acariciaba sus pies como si se estuviera despidiendo de él.

Sabía que pasaría un buen tiempo en que no volvería, por lo que había convencido a sus padres de hacer una parada en el lugar que solía visitar en su compañía cuando era un niño o con sus amigos cuando creció, extrañaría el bullicio de las personas, los fuegos artificiales y la música que se brindaban cuando había festivales o la deliciosa comida de mariscos frescos.

Pero no estaba tan mal, podría ver de nuevo a sus amados primos que hacía hace varios años desde la última vez que los vio, prácticamente eran unos críos que corrían uno detrás del otro, derribándose en la arena o jugando con el agua, y a pesar de que los recuerdos eran borrosos, se sentía mejor porque estaría en su compañía, además conocería nuevas personas en el colegio en el que sus padres le habían inscrito para que terminara sus estudios, de todas maneras, para él no era un problema socializar con alguien.

—A-Ying, es hora de irnos.

El pelinegro abrió los ojos cuando la cálida voz de su madre llego a sus oídos, dio media vuelta con una gran sonrisa y se acercó corriendo.

—¿No podemos quedarnos un rato más? —

Cangse Sanren rio —Sabes que no, todavía nos queda camino para llegar al aeropuerto de Incheon —respondió acariciando los cabellos del menor cuando un pequeño puchero apareció en sus labios —¿Acaso no estabas feliz por ver a A-Cheng y A-Li? —

—¡Por supuesto que sí! —Wei Wuxian brinco en su lugar — Vamos a ir a la misma escuela y nos vamos a graduar juntos, es genial —

Cangse Sanren rio dejando un golpe en la frente de su hijo, sabía que estaba ocultando la tristeza que sentía al dejar a sus amigos de infancia y no poder estar con ellos cuando se graduaran, lo entendía, ella estaría molesta y estaba segura de que habría hecho un berrinche a su madre, pero su hijo era la persona más comprensiva y empática que conocía en el mundo y sabía que no se quejaría con tal de no arruinar sus vacaciones —Solo nos iremos por uno o mes y medio, no es como que jamás vayas a regresar —

—Lo sé — Wei Wuxian sonrió — Además, papá y tú se merecen esas vacaciones, han estado trabajando mucho últimamente, tendré que agradecerle a la abuela de haber obligado a papá a tomar los boletos — río.

Aún recordaba cuando su abuela estaba a punto de estrellar uno de los floreros favoritos de su madre en la cabeza de su padre.

"Toma esos boletos y lleva a mi hija de vacaciones, ¡Deja los negocios por un rato y regresen con otro nieto o algo!"

Esa noche su madre y él habían reído por un buen rato ante el rostro pálido de su padre, sinceramente nadie en su sano juicio se opondría a la gran Baoshan Sanren, mujer respetada de carácter fuerte, dueña de una importante empresa de modas china y en sus tiempos libres, una mujer dulce y cariñosa, al menos con sus hijos y nieto era así. Lamentablemente, esos ratos libres eran escasos y su vida laboral era muy activa, por lo que pocas veces la veía, y debido a eso, había recurrió al primo de su padre para que cuidaran de él.

Jiang FengMian y Yu ZiYuan habían aceptado encantados, aunque la mujer lo había demostrado escasamente.

Llegaron al auto donde su padre los esperaba.

—A-Ying, A-Se, vamos, tenemos que llegar al aeropuerto.

Wei Changze les abrió las puertas del carro para después rodear el mismo colocándose en su asiento, la verdad estaba emocionado por el viaje y no podía esperar más para visitar Italia.

Wei Ying sonrió al ver la emoción desbordante de sus padres, se acomodó en los cómodos asientos traseros del auto y se recostó para tomar una siesta, no estaba acostumbrado a despertar tan temprano y necesitaría energías para aguantar el viaje, aunque la emoción que recorría su cuerpo ayudaba bastante, pese a la triste noticia de tener que separarse de su hogar, se sentía feliz de volver a su lugar de origen del cual poco recordaba, su corazón latía emocionado y su estómago se removía, esperaba que fuera por los nervios y no por la falta de alimentos.

Estaba seguro, que en Shanghái le esperaban muchas sorpresas.

Red Jade || WangXian AU ModernDonde viven las historias. Descúbrelo ahora