Y sin pensarlo, esos brillantes ojos carmesí que tan solo hace unos momentos eran oro fundido, le aseguran completamente que quiere pasar con el por el resto de su vida, y si es necesario...
Dar la misma por él... Una vez más.
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Despertar temprano nunca fue su fuerte, tenía que poner cientos de alarmas para lograr despertarse a buena hora para no ir tarde al colegio, aunque siempre llegaba cuando los profesores iban entrando al aula, pero le permitían pasar dándole una mirada severa y un, "Wei Wuxian, siempre llegando a tiempo"
Esa mañana comprobó que teniendo a la tía Yu y Jiang Cheng, no serían necesarias las alarmas. Madre e hijo lo habían despertado con gritos y de pronto ya no había sentido la dulce calidez de las sabanas y el colchón si no el doloroso impacto del frio suelo contra el costado de su cuerpo.
Salieron cuarenta minutos antes de las ocho, eran treinta minutos de camino contando él tráfico, dejaban a Shijie y luego los dejaban a ellos, llegando ocho minutos antes de la hora de inicio de la primera clase.
Ya estaban a unos cuantos minutos de llegar a su colegio.
—La próxima vez que no te levantes te tirare un balde agua helada —Yu ZiYuan amenazo dándole una mirada severa a través del retrovisor — Y te voy a arrastrar a la escuela aun si estas con pijama —
—Si Tía Yu —
Wei Ying sabía que tía Yu decía la verdad y que lo cumpliría, pero no podían culparlo, él siempre fue flojo desde bebé.
Yu Ziyuan le paso unas hojas engrapadas sin quitar la vista del camino — Estos papeles tienes que entregarlos en la oficina del director, te van a dar tu horario, libros, una credencial para entrar a la biblioteca y un mapa de la escuela — Wei Ying las tomo y miro por la ventana. Los edificios azul claro se levantaban elegantes frente a ellos. Yu ZiYuan parqueo el auto frente a la puerta de la escuela para dar media vuelta sobre su asiento —Ya me encargué de todo lo demás, solo faltaba esto. Compórtate, no hagas desastres y no te metas en problemas — los ojos chocolate se achicaron mirando ambos jóvenes con severidad — Una llamada con alguna queja de ustedes dos y aténganse a las consecuencias —
— Si tía Yu
—Si mamá
Ambos bajaron del auto dirigiéndose a las rejas azules donde una placa de metal colgaba, "Colegio Lan, Receso de las Nubes", se podía leer.
Una institución de la cual había oído hablar por los numerosos reconocimientos que habían recibido y numerosas noticias sobre ser la mejor escuela que podía haber en Shanghái, y sin exagerar, en toda china. Después de eso, era todo lo que sabía, y solo podía decir con seguridad que esta escuela era perteneciente a la familia Lan, una prestigiosa y millonaria familia que ha perdurado por cientos de años. En realidad, también sabe que antes la escuela había sido un prestigioso tipo de clan donde vivían monjes del mismo apellido que poco después con el progreso de la civilización, uno de sus sucesores había decido construir la preparatoria ganando prestigio y popularidad con rapidez.
