Capítulo 16

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Narra Cristal

Me levanto de mi asiento en cuanto suena el timbre. Tengo que darme prisa para que mi tío no me regañe. Desde que dejé el club los chicos no han parado de secuestrarme en los recreos y en las salidas de clase, a veces para pedirme consejo, otras veces para resolverles dudas, y otras simplemente para hablar. Salgo de clase sujetando con fuerza una pequeña bolsa de plástico, si llego rápido a la caseta estará vacía y esto será más fácil. Ignoro el grito de Mark y Silvia y las miradas confusas que me lanzan los alumnos con los que chocó mientras corro por los pasillos. Los que más me secuestran para hablar son Nelly, Axel, Mark, Silvia y Celia, junto con algunos jugadores de primero como Sam, Jim o Jack, pero ellos solo quieren pedirme consejos, la mayoría de las veces. Sin embargo las gerentes y los dos jugadores de segundo solo quieren hablar de una cosa, la razón por la que he dejado el club, especialmente Nelly y Axel, pero aún no se lo he contado a nadie, ni siquiera a mi mejor amiga. Me detengo cuendo llegó a la sede del club, esta igual que la semana pasada. Vale, reconozco que eso no ha sido lo más inteligente que he pensado. Cojo aire con fuerza y agarro el pomo de la puerta para abrirlo. Tengo que hacerlo rápido para que nadie me pille.

-¿Cristal?-abro los ojos de golpe encontrandome con la mirada confusa de Nelly. ¿Que hace ella aquí? Se suponía que iba a estar con su padre-¿que haces?

-Y-yo..... Venía a saludar-sonrió nerviosa intentando que mis palabras suenen creíbles, pero para mí mentirle a la pelirroja es casi imposible

-¿Y por eso vienes cuando no hay nadie?-apartó la mirada clavandola en un punto del suelo-Cristal.....

-Venía a devolver esto-extiendo la bolsa en su dirección con la mirada aún clavada en el suelo-es el pase de gerente para poder entrar al banquillo durante los partidos y.... Mi libreta para que podáis revisar las anotaciones que hice

-No pienso recoger eso-enfoco a mi mejor amiga sorprendida por la firmeza de sus palabras

-Pero yo....... Ya no formó parte de este club, no puedo quedarme con esto-acerco la bolsa al cuerpo de la gerente invitándole a que la coja-por lo menos, no debería quedarme con el pase de gerente. La libreta es un regalo por las molestias

-No voy a recoger eso porque vas a volver-aprieto los labios con fuerza. Mentiría si dijera que no quiero volver, pero no puedo hacerlo

-No lo hagas más difícil Nelly.... - suspiro cansada al ver cómo mi mejor amiga se cruza de brazos manteniendo su decisión-por favor

-Solo dime porque. No soy capaz de entender la razón por la que lo has dejado, es decir, aunque ya no seas la entrenadora oficial siempre puedes ayudar al señor Hilman, y Celia no se negara a que hagáis las tácticas juntas-sujeto la cadena de mi collar con la mano derecha, pero sin llegar a tocar la figura de la luna creciente. Es el gesto que siempre he usado para referirme a mis tios-.... ¿Acaso te han pillado? ¿Te han castigado? ¿Que ha pasado?

-Te lo cuento por llamada. No tengo mucho más tiempo, en nada tengo que irme-vuelvo a extender la bolsa en su dirección, pero mi amiga sigue negándose a cojerla-Nelly, por favor, tengo que irme

-Nadie del equipo va a recoger eso, porque sería como aceptar que ya no vas a volver nunca-suspiro agotada dejando caer la mano que sostiene la bolsa-espero tu llamada

Asiento despacio aunque no es lo que yo quería. Mi idea era dejar la bolsa sobre la mesa del club con una nota, para así poder dar por oficial mi retirada del club sin que nadie lo impidiese, pero parece que no me van a dejar. Le lanzó una mirada al reloj. Mierda, ya tendría que haber salido de la caseta. Me doy la vuelta con rapidez, pero me detengo al ver al equipo parado delante de la puerta mirándome fijamente. Hay que reconocer que me dan mal royo, aunque entiendo porque me miran asi. Me gustaría explicarles las cosas, pero no tengo tiempo. Llevo las manos a las asas de mi mochila y salgo por la puerta atravesando a los jugadores con la cabeza agachada. No quiero mirar a nadie. No quiero ver sus caras. En cierto modo me siento como cuando abandone el club de futbol de mi exinstituto sin dar explicaciónes, la única diferencia es que aquí sí puedo ver sus reacciones. ¿Cómo habría reaccionado mi equipo si les hubiera contado que me iba? Me hubieran secuestrado amenazando a mi familia que si me sacaban del instituto no volverían a verme en la vida. Llego a la entrada del instituto encontrandome con mi limusina en la puerta. David está de pie junto a la puerta de atrás esperando a que entre para cerrarla y mi tía me observa desde el asiento del copiloto con una sonrisa comprensiva en el rostro. Apartó la vista y entró en el coche sin decir nada. Tampoco tengo nada que decir

El Brillo De Sus Ojos/Inazuma Eleven Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora