Capítulo 4: Ámame.

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¡Hola! Solo vengo a dejarles un anuncio:



Este capítulo contiene un alto contenido sexual. Si no les gusta este tipo de cosas, pueden saltarse el capítulo.

También, si eres menor de 16, chuchu. No quiero menores intentando replicar las cochinadas que Lance y Ericka harán.

Eso es todo, disfruten del capítulo, los amo.


Las manos de Ericka se lanzaron rápidamente al cuello de Lance para besarlo profundamente, y Lance, sin inmutarse, la tomó de la cintura para pegarla más a él. Para sentirla por completo.
Extasiada del amor prohibido Ericka se apegó aún más, sin querer respirar para no cortar el beso, pero Lance tenía otros planes.

- Espera, pequeña Ericka.- Dijo separándose un poco, sin alejar su cuerpo.- Tenemos vistas aquí, lo mejor será que vayamos a mi cuarto.

Para cuando Ericka se dio cuenta de que había otra persona viéndolos, Lance ya se estaba teletransportando a otro lugar.

- Ah.- Suspiró mareada.- ¿No puedes avisarme cuando uses la perla de energía? Aún no me acostumbro.

Lance rió con fuerza al escucharla.- Quién pensaría que nuestra increíble aengel, con fuerza de dragón, que ha matado, se marea por una teletransportación. Tengo algo para ti, sígueme.

Lance empezó a caminar, y Ericka empezó a seguirlo rápidamente por el pasillo de su escondite hasta llegar a una puerta de madera.

- ¿Conque madera nebulosa, eh? Eres un mentiroso, esa vez solo te pedí el lugar donde podía encontrar los árboles y me dijiste que no sabías, y hasta tienes una puerta de esa madera.- Por momentos Ericka lo miró con odio, pero se relajó inmediatamente cuando Lance se enderezó para verla.- No dije nada, abre la puerta.

Lance se lanzó a reír luego de ver de esa manera a Ericka, y abrió la puerta, justo como ella lo pidió.
El cuarto de Lance tenía una cama, un sofá muy extraño de color negro junto a un librero y un par de muebles más, y un pozo lleno de agua no tan profundo, para poder bañarse y relajarse si así quería. Dentro de la habitación se encontraban dos puertas más a las que Ericka sospechaba a que lugar daban paso, pero las ignoró y procedió a quitarse la ropa hasta quedar solo en interior, mientras escuchaba como la puerta se cerraba.

- Vaya que andas con ganas, Eri.- Lance estaba muy risueño ese día, su risa suave arrullaba a Ericka, que, haciendo caso omiso a las palabras del dragón, se lanzó a sus brazos para besarle ahora sin ser interrumpida.

Lance la tomó en brazos, tomando sus piernas y cargándola. Ese acto la sorprendió un poco, pero no dejó de besarle.
Lance al igual que su amante, estaba extasiado, su aroma, sus labios, sus manos, su piel, su calor, todo de ella le encantaba. Y tanto era el encantamiento que deseaba lastimarla.
La lanzó a la cama sin un toque de delicadeza y se lanzó sobre ella, sin aplastarla, sacando de su sensual boca un par de gemidos.

- ¿Qué quieres de mí, Ericka? -. Lance tenía una mirada extraña, pero Ericka hipnotizada por la misma razón, rogó fervientemente a su dragón su más íntimo deseo.
Con las pupilas dilatadas, un sonrojo leve en sus mejillas, y su cuerpo pidiendo más, pronunció:

- Lance, por favor, devórame, hazme completamente tuya.

No hicieron falta más palabras para despertar el hambre que habitaba en el corazón de Lance, su gran lujuria estaba desbordándose, al punto de sentir como si su piel estuviera quemándose, ahogándose en dolor.
La besó y se separó para tomar unas cuerdas con las que ató sus piernas, sus manos, y sin llegar a ahorcar por completo, en el cuello, para manipularla a su gusto.
Lance se desnudó rápidamente en lo que Ericka gemía por la ausencia del calor de su amante, el dragón al ver el cuerpo desnudo y amarrado de la aengel, no dudó en azotar su redondo trasero, una, y otra y otra vez, hasta dejarlo rojo y marcado con sus manos.

Para que sea míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora