Midnight

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El tiempo límite de su relación cada vez se acerca más a pasos agigantados, de apoco fueron organizando un plan de escape para el menor, Sizhui lo apoyó desde el primer momento en que el menor le comentó que ni quería quedarse en la secta y verlo casarse con otra persona, el mayor Wen Ning fue su aliado, el encargado de guardar la cosas que de apoco ambos jóvenes iban consiguiendo.

Todos son testigos días con días de la linda amistad que tienen aquellos discípulos y solo algunos, muy pocos, saben que no solo es una amistad que los une, es un sentimiento mucho más fuerte, se trata del tan famoso amor, pero el deber y las responsabilidades de futuro líder de secta de Sizhui son más fuertes que el amor que le profesa a Jingyi, ambos saben a la perfección de la responsabilidad que está a meses por caer en hombros de Sizhui, la responsabilidad de casarse con una bella doncella y dejar descendencia le carcome la conciencia y al igual que el imaginarse ver sufrir a Jingyi al verlo casarse con otra persona que no sea el.

El último día en que estarán juntos a llegado, como siempre en la mañana se dirigen a darles de comer a los conejos manteniendo una animada plática en el intento de olvidar que ese es su último día juntos, pequeños roces de manos y fugaces besos son el panorama mientras les dan de comer las pequeñas bolitas esponjosas, los conejos por alguna razón, llámese instinto, saben que Jingyi ya no los va a ir a ver más y se amontonan a sus pies en un silencioso pedido que les haga cariño, los corazones de los jóvenes se encogen en sus pechos, con cuidado de no aplastar a los conejos ambos jóvenes se sientan uno al lado del otro, hombro contra hombro

-¿Nos volveremos a ver?-pregunta Sizhui a un pensativo Jingyi.

-Quizás en unos años.

Sizhui asiente no muy conforme con la respuesta, pero la respetará. Ambos de mala gana se levantan del suelo y sacuden sus túnicas antes de ir a su clase. El resto del día pasa entre clases y ayudando a los discípulos menores con cualquier duda que tengan. A la lejanía Wei Wuxian los observa con ojos entrecerrados, su instinto le dice que algo traman esos dos, lo deja pasar puesto que después le sacará información a su rabanito. Después de la cena fueron a la montaña de los conejos, la última vez para Jingyi, los conejitos contentos corren y saltan a sus pies, dando un último espectáculo al más bajo, ambos jóvenes se sentaron en el pasto, y en lo que sus traseros tocaron el suelo dos conejos pasaron corriendo por arriba de sus piernas, una triste sonrisa apareció en los labios del más bajo.

Los últimos detalles ya estaban afinados, cada detalle meticulosamente planeado, teniendo en cuenta todas las posibles variables a favor y en contra. Sin que algún discípulo se diera cuenta se escabulleron hacia uno de los lugares secretos que frecuentan cuando quieren más privacidad y tranquilidad, es un lugar algo alejado de la secta para evitar los ojos en ellos por parte de los vigilantes, tomados de las manos se escabulleron como si se tratara de un par de fugitivos, Sizhui se detuvo abruptamente haciendo que Jingyi también lo hiciera, Jingyi lo miró curioso y expectante, sin más Sizhui lo atrae en un abrazo mientras sus bocas se encuentran en un desesperado beso, ambos pares de manos se aferran a las túnicas contrarias con desesperación. Como si todo estuviera en contra de ellos, el día avanza a pasos agigantados, y ellos lo quieren disfrutar lo que más puedan, una vez alejadas sus bocas retoman su camino hacia su destino, ahí se besan a sus anchas.

Un poco antes del horario de la cena vuelven a la secta como si nada, conversando de alguna anécdota de alguna cacería nocturna, de que Hada está un poco esponjosa, a lo lejos Wei Wuxian los mira sospechosamente, algo traman, más allá Lan Qiren también los ve mientras se acaricia su barba.

Pasado el toque de queda, por precaución, Lan Jingyi sale de su habitación cuidadosamente y a pasos silenciosos se dirige hacia la habitación de Sizhui por última vez, el pensamiento hace que se le estruje el corazón y quiera botar todo por la borda. Desechando esos pensamientos abre lentamente la puerta de aquella habitación tan conocida e inmediatamente puede verla apenas iluminada gracias a una pequeña vela, al entrar se da cuenta de que Sizhui lo está esperando sentado en su cama en posición de loto vistiendo nada más que sus túnicas interiores y dejando su largo cabello suelto descuidadamente, sus ojos inmediatamente lo escanean viendo que lleva una de las túnicas que le compro en la ciudad de Caiyi y una capa de invierno en sus manos. Ambos saben lo que les espera esa noche, amarse por última vez.

Ya estando la habitación con un hechizo de seguridad y silenciador ambos avanzaron hacia el contrario cortando la distancia con un abrazo que dio a entender todos los sentimientos que albergan en el contrario, se estrecharon entre sus brazos derramando gruesas lágrimas que corrieron por sus mejillas y perderse en sus cuellos, se permitieron sollozar. Las promesas no eran necesarias, no servirían de nada, ambos lo saben. Cuando estuvieron ya un poco más calmados se separaron de aquel abrazo. Sizhui se dirige a su cama mientras que Jingyi se saca sus túnicas para quedar en las interiores y unirse a Sizhui en la cama, ya estando ambos en ella se abrazan, disfrutan de la presencia contraria una última noche, algo les dice que no se van a volver a ver, no estando en esta vida.

De un momento a otro los besos empezaron, en un principio fueron suaves, disfrutando de la textura de los labios contrarios, sin apuro, pasando los minutos aquellos besos que fueron suaves pasaron a ser ardientes y lujuriosos, la temperatura de sus cuerpos aumentando cada vez más, las manos contrarias cada vez más deseosas de tocar piel ardiente y no túnicas. Solo la luna fue testigo de como sus manos recorrieron el cuerpo ajeno por última vez, de como sus labios se acariciaron por última vez, de como estos marcaron la piel ajena por última vez de como sus cuerpos y almas se unieron por última vez en una despedida.

La medianoche y la luna llena siendo sus cómplices y testigos de ese amor por última vez antes de que sus caminos se separen inevitablemente.

El deber y la responsabilidad fueron más fuertes que el amor que le profesaba.

Ambos se durmieron entrada la madrugada abrazados al contrario, disfrutando por última vez de la calidez contraria. Ambos despertaron antes de las 5 de la mañana, Jingyi se vistió con aquellas túnicas corrientes, una vez listo se despidieron con un beso y abrazo prolongado. Las palabras no fueron necesarias, dando una ultima mirada al amor de su vida y al que considera su alma gemela Jingyi sale de aquella habitación antes de arrepentirse.



Midnight Love - ZhuiyiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora