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Sus manos.
Sus piernas.
Sus lunares repartidos por todo su cuerpo.
Sus moretones antiguos.
Su sonrisa.

Detestaba soñar sin pensar en sus imperfecciones.

Su madre terminaba de ornear las mini pizzas cuando el timbre sonó de sorpresa, sus amigos ya se encontraban arriba y no había invitado a nadie más por lo que le resultaba extraño que alguien llegase a estas horas.

Se notaba su rostro de felicidad a kilómetros, la estaba pasando bien con tan solo unas pocas personas en su cuarto, de todas formas mañana festejaria con su familia y hoy le tocaba con sus amigos.

Bajó las escaleras prácticamente corriendo, quizás alguien vendría a darle un regalo, como dinero o alguna otra cosa que sea mucho mejor que eso. Mas, al abrir la puerta, sus ojos no sabían a dónde dirigirse.

-. Feliz cumpleaños, quinceañero -. Entregándole de mala manera el regalo, el chico del cuyo azul se adentró a la casa como si fuese la suya propia.

Stan se quedó boquiabierto por un momento, hasta que la realidad lo hizo volver a pisar la tierra al sentir la mano de Clyde palmear su hombro. Le deseó un feliz cumpleaños seco, solo siguió a su líder dentro siendo seguido por Jimmy, el comediante del salón.

-. Yo... -. Volteando a ver afuera de nueva cuenta, el rubio suspiró saludandolo para seguir al castaño, dejando al pelinegro con el moreno.

-. Kenny nos invitó, felices 15, princesita -. Con ácido en sus palabras, este fue el último que entró a su casa.

-. Gracias, supongo... -. Soltó al aire, quizás más para sí mismo que para ellos, los recién llegado de sorpresa.

Los seis chicos subieron al cuarto del menor de la familia Marhs, el primero en entrar fue Craig quien se llevó más de una mirada de confusión. El grupito de Stanley se miró entre sí - a excepción del rubio - sin entender lo que ocurría hasta que todos lograron entrar a la habitación.

-. Kenny, ¿Puedo hablar contigo un momento? Afuera -. El nombrado tragó en seco al verlo tan molesto, pero asintiendo, salieron del cuarto.

Stan lo quería matar.

-. Se lo que estás pensando "¿cómo puede mi mejor amigo traicionarme así y sin decirme?" -. Fingiendo una voz chillona, el pelinegro frunce aún más el ceño con ambos brazos cruzados -. Pero créeme, ya estoy cansado de que los dos se la pasen así de maricas en las peleas y discusiones, me están cansando.

-. ¿De quién es la fiesta?

-. Tuya, pero ellos-

-. De quién es la fiesta, Kenny -. Este rodó los ojos.

-. Tuya.

-. Exacto, es mí fiesta, no la tuya ¡¿Por qué los invitaste?!

-. ¡Debes arreglarte con él! No pueden seguir así ¿estarán igual de perras en celo cuando estén en la universidad también o qué?

-. ¡Sabes muy bien que Tucker no me agrada para nada! Lo viste hoy ¿no es así? ¡Tu nos tuviste que separar!

-. Lo hago por ti, Stan. Me preocupas, estás raro desde que dejamos la primaria, nos preocupas a todos, amigo.

-. ¡Dios! Eres igual que Kyle, siempre diciéndome que debo hacer para mi bien ¡Detente!

-. ¿Sabés algo? ¡Bien! Si algo pasa, ve y ruegale a tu super mejor amigo que te ayude, porque ya estoy harto de que desprecies la ayuda que te doy -. Sin esperar respuesta alguna, Mccormick entró a la habitación cerrando la puerta de un portazo.

Stan se quedó solo, por unos minutos fuera, hasta que sintió la presencia de su madre allí.

Al entrar con las mini pizzas, cruzó miradas con el rubio, pero este lo ignoró siguiendo la conversación con Clyde. Le dolió, sentía que había dicho algo incorrecto pues últimamente le pasaba muy seguido, pero ¿qué esperaba que pasará exactamente?

La verdad era que le agradecía a Kenny por haberlos invitado, pero al mismo tiempo no podía aceptarlo.

Cuando estaba con él en la misma habitación, se sentía extraño.

Craig lo veía desde lejos, sentado en la punta de la cama fingiendo observar al judío y antisemita jugar en la consola de videojuegos. Supuso que no lo quería allí, después de todo no fue él quien lo invitó, pero aún así no esperaba irse pronto.

A veces sentía cosas que no debería sentir.
A veces creía que las manos de Stan eran más suaves que las de Tweek.
Sentía que no estuvo bien haberlo golpeado tanto en el rostro.
Sentía que se había pasado esa mañana al volver a verle aquél moretón en su ojo.

Sentía que estaba mal querer verlo llorar.

"LA HISTORIA DE DOS TONTOS ENAMORADOS" [South Park] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora