H I S T O R I A

930 71 7
                                    

Sus granos en el rostro.
Sus muy y casi invisibles manchitas en la cara.
Sus nudillos dañados.
Todo su cuerpo embarrado.
Todo su cuerpo casi completamente lastimado.

Nada ocupaba su mente a excepción de los fugaces sucesos de esta mañana, cuando lo vio darle flores a otro chico en el parque.

Un chico que no era él.

Había salido tan solo para pasear a su perro, un cachorro de dos meses, un regalo de su tío Jimbo para su cumpleaños aunque claro, hoy lo era. Tan solo había recorrido una pequeña parte del pueblo, ese día en particular tenía muchas ganas de caminar, hasta que llegó al parque pues el animal anhelaba con liberar sus desechos en cualquier momento.

Fue en ese momento, uno fugaz, donde sus ojos chocaron con los de aquel chico de cuyo azul que hasta hace seis meses tenía una ortodoncia, claro que ahora sus dientes se encontraban mucho mejor que cuando era un niño.

Quizás fue aquella extraordinaria imagen que vio, la culpable de haberle hecho ir y comenzar una pelea solo por no poder comprender sus nerviosos movimientos por levantar la popó de su perro.

Todo comenzó con palabras, palabras que fue soltando al aire solo para llamar su atención junto con el chico a su lado, uno rubio de ojos verdes, el chico que fue llamado por la escuela el mejor boxeador.

A aquellas palabras le fue agregando frases, aquellas frases se convirtieron en oraciones y esas oraciones cambiaron a ofensas y maldiciones, ahora, de parte de ambos lados.

Antes de sentir su puño en la cara, había escuchado gritar al chico rubio decir que no tenía caso prestarle atención a sus insultos, que solo era un molesto como siempre lo fue, pero Craig no le hizo caso y fue a, como antes dicho, plantarle su puño en la cara.

El cachorro ladraba intentando morder a quien sea que dañaba a su dueño, sin embargo estos jamás le dieron la oportunidad ya que aprovechaban cada segundo para llevar la delantera. Terminaron sudando y cansados en el barro, ninguno sabía el cómo habían llegado tan lejos desde donde habían comenzado a discutir.

De todas formas a ninguno le importó, desde que entraron a la preadolescencia, las peleas eran mucho más severas que antes y eso hasta sus amigos lo habían notado. Todos los días pasaba algo entre ellos, ahora sabían que de una mirada asesina podrían terminar embarrados en un parque a las cuatro de la tarde sin razón alguna, solo porque sí al igual que ahora.

La diferencia estaba en que Stan lo hacía al negar ese palpitar que sentía al verlo, Craig lo hacía por defender su orgullo.

Con Tweek jamás peleaba, a Tweek solo le sonreía.

No fue hasta que llegaron Token y Kenny a separarlos, que no tuvieron otra opción más que detener lo que sea que ya estaba pasando.

Esa mañana fue corta desde que salió de su casa con una sonrisa y regresó sin su gorro y todo lleno de lodo, pero aquél momento que pasó durante la guerra la sintió eterna.

Craig había lanzado el primer golpe solo para callarlo, sin embargo no paró hasta que tuvo que hacerlo. Por alguna razón no se quería ir de allí, quería romperle la mandíbula a golpes, quería hacerlo llorar.

Quería verlo enojado, no quería verlo reír.

Luego de que Kenny se haya llevado a Stan, él soltó un bufido re leyendo aquél mensaje que uno de sus amigos le había mandado a penas tocar un pie en su casa, claro que fue antes de que su madre le pidiera a gritos que se vaya a lavar, pero aún así, se habrá pasado casi dos horas pensando en qué responder a ese tal ¿vendrás, Craig?, pues estaba casi seguro que volverían a pelear.

Porque si lo veía reír, todo se sentia extraño en su cabeza.

-. Así que, el cumpleaños de Stan -. Volviendo a repetir lo dicho por el chico del cuyo azul, el moreno soltó un respingo agotado, cruzado de brazos, sentado en la cama del contrario -. ¿Te afectó la pelea esta mañana o..?

-. Yo solo digo que.. agh, él me invitó y la verdad es que no quiero estar en casa esta noche.

-. Claro, Stan te invitó luego de que ambos casi se rompan la nariz, por supuesto -. El chico parado frente a él rodó los ojos notando el claro sarcasmo en su voz.

-. No fue él, fue Kenneth. Dice que nos invita a todos.

-. ¿...y tu vas a ir? -. Este sube de hombros desviado la mirada -. Craig, te voy a ser sincero: todo el grupo detesta a Marsh.

-. Tweek no-

-. Tweek es quien más lo detesta, bueno, no lo aguanta en la misma habitación ¿recuerdas que estuvo en su grupo cuando Kenny desapareció? Bueno, resulta que no lo trataban como un muy buen amigo que digamos.

-. Creo que tienes razón, él lo detesta -. Frunce el ceño soltando un bufido.

-. Yo en lo personal tampoco me sienta bien estar con él, nuestras personalidades son totalmente diferentes y muy chocantes. Puede que su padre sea "Políticamente correcto" -. Aclarando las comillas -. Pero él es un caso perdido conmigo y no lo aguanto. Clyde y Jimmy dicen que es muy emocionalmente complicado.

-. Si, si. Ya entendí lo que quieres decir.

-. Ahora, dime ¿qué es lo que harás tú, nuestro líder del grupo?

Craig lo pensó.

"Quiero ir"

"LA HISTORIA DE DOS TONTOS ENAMORADOS" [South Park] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora