Espero que no prestéis oídos a todo lo que se dice de mí, ¡Hay tantos chismes y cotilleos, infundados la mayoría de ellos, corriendo por ahí! No creáis que me son ajenos, o que no los he escuchado, pero estoy confiado en que sois unas señoritas dignas y diligentes y no dais crédito a todo lo que se dice de mí, pues soy profesor y como en todo, debo deferencia y cortesía en mi trato con el hermoso sexo.
Por ejemplo, se repite de mí, sin corroborarse, que soy heredero de aquel primer Charles Brandon, militar y héroe, que al casarse con María Tudor obtuvo por cuñado al rey*. Aunque no es del todo imposible, el apellido Brandon es corriente en mi región, y no tengo documentos que puedan acreditar tal linaje real. Se dice de mí, que terminé los estudios Suma Cum Laude, a los 16 años, falso también. Sí terminé los estudios de bachiller a esa edad, pero el reconocimiento lo tuve más tarde. En cuanto a obtener el cargo de Adjunto de Literatura en la Universidad, debo decir que mi gran amigo Abbot, al recomendarme para tal puesto me hizo un favor impagable pues no trabajo, o más bien me pagan por hacer lo que amo. Dicen de mí que me persiguen las mujeres, pero creo que esto no es así, en realidad son las madres, y las amas de llaves las que insisten en amarrarme con sus jóvenes hijas o amas. Como la Sra. Wood. No es que no la estime, pero creo que se toma demasiadas libertades al fungir como la tutora de la desamparada Olivia Petal, una niña muy tierna a quien considero simplemente encantadora, pero a quien encuentro soñadora e impreparada para el matrimonio... como dije, una niña aún.
En cuanto al otro rumor sobre mi supuesta "preferencia" en cuanto a compañías... no repetiré las deshonrosas e infundadas palabras de que lo se me acusa, no porque crea que haya nada malo en las preferencias de ciertos caballeros que las hacen a escondidas, sino porque simplemente no tienen razón de ser: si usted y yo, estuviéramos casados y sentados en la sala, y yo preferiría leer un libro que retozar con usted, quizá también pensaría que me falta un tornillo... porque os han dicho que los hombres somos un manantial insaciable de lujuria... no es así.
Como sea, esa mujer, la Sra. Wood insiste en que un matrimonio con la pequeña Olivia sería bien avenido... de no ser porque aspiro a una que ya es mujer, una que, aunque sin linaje tiene metas propias. En cierta ocasión, ella me preguntó si quisiera ser responsable de Olivia y yo como profesor sin dudar dije que si, pero también sin pensar que la Sra. Wood se lo tomara totalmente en otro sentido... ¡Pronto estaba hablando de una gran recepción con muchos invitados! Pero no abrigo tales sentimientos hacia Olivia, y dudo que ella los tenga hacia mí... creo que me teme, y si me teme, no me ama. Quisiera tener la reciprocidad de una mujer que me ame, como a un igual.
En fin, la señora Wood me ha escrito una carta, donde se expresaba feamente de un tercer elemento, otro hombre, de quien nada sé, y que ambiciona llevar al altar a Olivia Petal para hacerse con la fortuna de su familia. Aunque no sé qué tan cierto pueda ser ello, me alarmé pensando cuál sería la verdad, y dónde estaba la manipulación de Wood. Pero me puse la levita gruesa y tomé el tren para llegar a Londres esa misma tarde y ver cómo la Srita Green, una institutriz bella, pero más inteligente que bella (y miren que es guapa), estaba llevando las clases de mi pupila...
Cuando llegué Olivia estaba finalizando la lección de latín y se refrescaba en el cuidado jardín, oportunidad la Sra. Wood tomó al vuelo para reprochar a la pobre Eleanor:
-Le sugiero, como buena amiga que soy, se limite a hacer su trabajo y no se interponga en la felicidad de una joven que ha sufrido mucho...
¿Pero que diantres está sucediendo y porqué le habla así? Me indigné tanto que mis mejillas enrojecieron
-Agradezco su consejo, pero yo soy la que más se preocupa por ella...
Mi querida Eleanor, bien sabía yo que no me equivocaba, y que cuidarías como una madre de la pequeña Olivia...
-...y por esa razón, le suplico que no alimente fantasías infantiles que no tienen ningún futuro...
Quisiera saber cuáles son esas fantasías que Eleanor ha alimentado...
-¿Eso significa, que usted sabe quién es W?
Increíblemente, la Sra Wood enmudeció. Es la primera vez que la veo callada, y pálida, pero entonces empecé a caminar por el pasillo, buscando a Oliva para saludarla... el criado me anunció y ambas damas me saludaron con una leve genuflexión... qué bella está Eleanor. Se ha puesto ese vestido café que le es tan favorecedor y enmarca perfectamente la suavidad de su dulce rostro, y delinea su suave talle... ¡Ah, como quisiera abrazarla! La señora Wood dijo algo de buscar a Olivia, dejándome en la perfecta ocasión para rodearla con mis brazos, ¿Eleanor lo encontraría demasiado atrevido? Estaba pensando tantas cosas, que enmudecí... no supe qué decirle, como si toda palabra hubiera escapado de mis labios, por eso fue Eleanor quien habló primero:
-Me alegra que haya venido a visitar Olivia, profesor... supongo que necesitarán estar a solas, yo ya me voy...
-Señorita Green- dije, recuperando el habla milagrosamente- no se vaya todavía- se lo dije, como una súplica. Ella me miró extrañada, como si me desconociese, al tiempo que un hermoso rubor cubría sus mejillas suaves... ¿Por qué siento que en esta casa todo el mundo me oculta allgo?
-Señorita Green -repetí, sosteniéndola por los hombros. Me estremecí: a esta distancia, mis boca llegaba a la altura de su hermosa frente -necesito comunicarle de inmediato, algo de suma importancia.
Ella levantó las manos para deshacerse de mi abrazo, pero al tocar mis hombros, cedió y se quedó mirándome, imperturbable...
- Yo también necesito decirle algo importante y urgente
-¿Pero qué está sucediendo aquí? Dijo la Wood
-Es el baile de San Valentín, -respondí, recuperando la compostura- le pido a la Srita Green, que libere a Olivia de sus obligaciones esta tarde, y nos acompañe a Olivia y a mí, al baile. Las traeré de regreso temprano, a las diez.
Pero la Sra. Wood me tiene buena fe, y aunque sospechase, vio de buen grado que Eleanor nos acompañara. Es la ocasión perfecta.
- Muchas gracias profesor, que detalle. Lo estaremos esperando, aquí a las seis. Adiós Olivia, nos veremos a esa hora -dijo Eleanor - Compermiso, sra. Wood.
El escenario estaba puesto para el acto final
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*Enrique VIII
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Baile de San Valentín
FanfictionEs un hecho reconocido internacionalmente que una joven hermosa, virtuosa y sobre todo, de buen linaje, requiere de un esposo que pueda ver por ella y hacerse cargo de los negocios familiares. Deliciosa parodia del minijuego DU!TP escrita en el esti...