Nihil

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Horas y horas después de ignorarme a mi misma y fingir que todo estaba bien, decidí girar hacia la izquierda. El techo de mi habitacion parecía ser un mar de nada, el sueño de un nihilista. Mi mirada recayó en un punto que no se distinguía con facilidad, un punto lleno de recuerdos que no sucedieron. Una vez más, un vacío inmenso inundó mi pecho, mi cavidad torácica, todo mi cuerpo. Me sentía vacía otra vez. Cóncava. Hay una sensación, que conozco muy bien, que es la mas horrible que una persona puede llegar a sentir. Si, me refiero a esa estaca invisible que atraviesa tu pecho, cuyas astillas se clavan en tu garganta, se acumulan y no te dejan respirar con normalidad. Esa maldita sensación de que algo te está arruinando, de que hay algo roto. Es que sí, hay algo roto, pero aún no me hago cargo. No me quiero dar cuenta de lo que me ocurre. Prefiero vivir en esa putrida ignorancia, en esa falsa realidad que me invento día a día.

Ahora nos abrazamos en sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora