Un abismo inimaginable se formó entre mi cuerpo y el resto de la habitación. El techo de la misma comenzó a verse borroso. Mientras escuchaba al joven que se encontraba recostado a mi lado, me desmoronaba como si se tratase de una demolición. Pedazo tras pedazo me volvía escombros de lágrimas, recuerdos e imágenes de un joven maltrecho. Nos volvimos dos rosas mustias, hermosos, casi muertos, casi expuestos, un par vulnerable. Casi como una delicada especie en peligro se extinción. El sol comenzaba a brillar afuera, la habitación se iluminaba lenta y dolorosamente, cada rayo de luz que entraba se volvía un cuchillo que asesinaba de a poco aquella intimidad que habíamos creado. Habíamos quedado indefensos y creado un santuario para salvarnos. Una melancólica tristeza nos abrazó mientras confesábamos nuestros dolores. Era como si sangráramos en palabras, nos mostrásemos nuestras heridas y las curáramos en cada abrazo. Las palabras allí proferidas y las caricias ahí dadas y la musica que nos acompañaba, fueron una pequeña terapia que nos sanó un poquito. Esa noche salimos de ahí un poco menos rotos.
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Ahora nos abrazamos en sueños
PoesiaEstoy distanciada. Distanciada de mi, de vos, de todo el mundo. Ahora que el mundo está lejos y busco un cable a tierra lo que mejor me sale hacer es escribir, dormir y soñar. Y Ahora Nos Abrazamos en Sueños.