Harry llevaba a ____ por los pasillos de palacio. Pasaron por la biblioteca, el salón de baile, el saloncito azul, el salón amarillo, el salón blanco, el salón de los espejos... Hubiera sido más rápido llevarla por los túneles, pero no quería que conociera los pasajes secretos. Solo los miembros de la familia y los consejeros privados conocían los túneles y, creyera su madre lo que creyera, ____ Armstrong nunca sería una Thierry.
–¿Falta mucho Alteza?
–Llegaremos enseguida. ¿Quieres descansar?
–No, gracias. Cuanto antes lleguemos, antes me quitaré el anillo.
Harry la miró atentamente y se quedó asombrado. En realidad, apenas se había fijado en ella hasta ese momento. Con aquel vestidito de flores y los guantes, le recordaba a Grace Kelly. Solo le faltaba el sombrero.
Pero Grace Kelly se había casado con el príncipe Rainiero y se había convertido en princesa. ____ y ella no tenían nada en común, excepto que las dos eran americanas.
–Gastón sabrá cómo quitarte el anillo.
Si no era así, Harry empezaría a buscar un nuevo joyero real. El príncipe siguió caminando.
–¿Por qué no vinimos aquí anoche?
–Porque intentaba que lo del anillo fuera un secreto.
–Puesto que ya no es un secreto, ¿puedo quitarme los guantes?
–¿Puedo quitarme los guantes, Alteza? –corrigió él–. Y la respuesta es no.
____ suspiró.
–¿Se da cuenta de que no estamos engañando a nadie Alteza?
–Sí, pero prefiero que nadie vea el anillo. Luego te daré un par de guantes más pequeños.
Llegaron a un estrecho pasillo cerrado por una puerta de roble tras la que había una de acero con una especie de sistema de alarma.
–¿Dónde estamos Alteza?
–En la joyería real.
–Pues parece que vamos a atracar el banco de Inglaterra –sonrió ____.
–Las joyas de la corona han de ser guardadas en un lugar seguro –dijo Harry.
–Pues debe dormir muy bien sabiendo que están tan protegidas.
Cuando pasó a su lado, Harry notó lo bien que le quedaba el vestido. Y las sandalias de tacón alargaban sus piernas... No debería estar pensando esas cosas, se decía.
____ se acercó a un microscopio bajo el que había una perla.
–Mire. Es absolutamente perfecta –murmuró.
Harry observó las cajitas que contenían perlas, gemas y cadenas de oro y platino.
–Ten cuidado con...
En ese momento, ____ tropezó con la pata de una mesa y, aunque consiguió mantener el equilibrio, una de las cajas salió volando por los aires.
–¡Oh, no! –exclamó, poniéndose de rodillas para recogerlas–. No sabe cómo lo siento. Alteza.
El príncipe se arrodilló a su lado para ayudarla.
–¿Cuántos años tienes, ____?
–Veinticuatro.
–¿Y siempre has sido tan...?
–¿Torpe? Sí. No se me dan bien los espacios reducidos y, si estoy nerviosa, es mucho peor.