Pelea en la azotea

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Brian se levantó por la mañana algo más tarde de lo habitual, aprovechó que no tenía que madrugar para ir al Instituto, miró el reloj de su móvil, se estiró, bostezó, y decidió levantarse, sus padres ya no estaban en casa, su madre habría ido al trabajo y su padre estará en el Instituto con el Director, o eso se pensaba Brian, se puso un chándal, estiró un poco y salió a correr un poco por el barrio.

Brian, que corría por una zona habilitada para ello, con unos cascos puestos escuchando música, llegó al Centro Comercial del otro día, donde compró aquella sudadera y en ese momento le rugió la barriga.

-Ah...bueno, iré a alguna cafetería de allí dentro para comer algo y luego aprovecharé para mirar si compro algo para el almuerzo-decidió, se quitó los cascos y se dirigió hacia el centro comercial.

Se acercó a la primera que vio y se encontró a una chica algo mayor que él medio llorando mientras sacaba la cartera y pagaba al camarero.

-Ya me han liado-sollozaba.

Brian giró la cabeza, confundido, y vio a lo lejos a una cara conocida, hablando con otra chica, estaba la policía que el día anterior lo había protegido en la entrada de ese mismo centro comercial, luego se fijó en que la chica que acababa de pagar, iba tras ellas y las alcanzaba, yéndose las tres juntas.

-Me suena de algo esa mujer-se quedó pensativo-pero, en fin, da igual-se sentó en la mesa que acababan de dejar libre y cogió la carta para ver que podía pedirse de desayuno.

- ¿Sabe ya que va a pedir? -se le acercó un camarero a los pocos minutos.

-Ah, sí, un zumo de naranja y un serranito, por favor-

-De acuerdo-asintió el chico, marchándose hacia la barra.

En ese momento, Brian, que estaba viendo videos en su móvil, recibió un mensaje de Marc.

- ¿Qué querrá ahora?, ¿habrá pasado algo? -lo abrió para leerlo.

-Tío, no te lo vas a creer, han vuelto a aparecer pintadas, esta vez atacaban a la chica pelirroja del Consejo, la del karate, el Instituto, está patas arriba tras esto-

-Dios, entonces parece que no fue un ataque contra Raquel como tal, eso es bueno-se alivió-pero no, no lo es, entonces alguien está intentando desacreditar a varios alumnos, ¿tendrá algún sentido o solamente es una guerra contra el Consejo? -se quedó pensando, y en ese momento llegó el camarero con su pedido.

-Bueno, ya hablaré con ellos más tarde, voy a comer tranquilo-se acercó el plato y comenzó a desayunar.

Mientras, en el Instituto, Eiko estaba furiosa y dio un golpe contra la pared de la Sala del Consejo.

- ¿Quién se ha atrevido a calumniarme de esa forma?, con lo que me ha costado conseguir todo lo que tengo, como lo encuentre lo voy a aplastar-

-Tranquila, lo cogeremos-intentó calmarla, Saya.

El Presidente estaba sentado en su mesa, con los codos encima de la mesa y las manos cruzadas a la altura de su nariz, callado y pensativo, las dos chicas le miraron.

- ¿No vas a hacer nada o qué? -se le acercó molesta, Eiko-hay que impedir que esto vaya a más, nos están vacilando-dio un golpe en su mesa.

El Presidente giró los ojos dirección a donde estaba la chica, pero no dijo ninguna palabra.

- ¡Tadashi! -

-Cálmate, Eiko, Pitt y los demás han ido a las escenas del crimen a analizar que magia pudo haberse usado, ya hemos mirado las cámaras, vuelve a no aparecer nada ni nadie entrando, ni por fuera, ni por dentro, pero las pizarras estaban escritas.

Crónicas Mágicas IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora