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NEREIDA RELIHS Y ACCAPELLA MALFOY, eran una extraña combinación, aunque sumamente inseparable. Aunque ambas eran muy diferentes, habían estado juntas desde los siete años. Hasta la manera de conocerse había sido extraña.
Era extraño entre los Malfoy y los Relihs reunirse, pero aquella noche lo habían hecho pues Ravenna, tia de Nereida, debían hablar sobre asuntos que a ninguna de las niñas les interesaba. Su primer encuentro fue cuando Nereida cayó sobre Accapella, la Relihs había tropezado con uno de sus juguetes y había tirado su malteada sobre ambas. Extrañamente, ninguna había llorado, solo rieron y un gran lazo de amistad se formó en aquel instante.
No se habían separado por años, hasta el momento en el que ambas fueron a sus respectivos colegios. Como todos los de su familia, Nereida recibió la carta de Hogwarts, pero Accapella fue a Beauxbtons. Estuvieron dos años enteros, solo viéndose en vacaciones, o eso fue hasta que la joven Malfoy causo "accidentalmente" el derrumbe de una torre en su colegio y fue expulsada. Sin más posibilidades, sus padres hablaron con Dumbledore y fue aceptada en Hogwarts, cosa que alegró los días de Nereida.
Ahora por fin habían vuelto a estar juntas, una al lado de la otra, justo en un vagón de aquel conocido tren con dirección a Hogwarts.
Mientras Nereida tarareaba una canción y hacía chispas con su varita, Accapella leía un libro que Nereida le había regalado unos días antes, "Orgullo y prejuicio" libro muggle.
Luego de armar la bienvenida para los estudiantes y quemar la cocina, Nereida tuvo que volver a casa, pues había olvidado un par de cosas y para su satisfacción, podría acompañar a su mejor amiga en su primer día, desde que subieron al Expreso Hogwarts.
La Relihs dio un pequeño salto cuando la puerta del vagón de abrió de golpe. Cuatro distraídos Chicos entraron a su vagón, aún sin notar que ellas se encontraran allí. Accapella cerró con delicadeza su libro y les miró con el ceño fruncido, mientras Nereida reconocía a sus amigos.
