Omega En Secreto || LuKun

7.

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El siguiente día, viernes 29, Yukhei finalmente apareció en la escuela, y todo el grupo no podía estar más aliviado.

En la hora descanso, Yukhei estaba siendo prácticamente arrastrado desde el salón de clases a la cafetería por Hendery, quien emocionado le preguntaba nuevamente por ideas para seguir festejando su cumpleaños. Pero, Kun pudo notar que el muchacho realmente no sentía la misma emoción.

Se preguntó, ¿le pasa algo?

— ¿Todavía sigue en pie lo de ir al centro comercial? Escuché que abrieron un arcade con una piscina de pelotas, ¿y si nos metemos sin que nadie nos vea? ¡Será divertido! Pero también hay una cafetería muy buena, yo te invito algo...

Parecía que el muchacho no podía parar de hablar, más bien, no quería dejar de hacerlo.

Y no fue si no por un —no tan discreto— codazo a las costillas de su no novio que finalmente se detuvo.

Y es que era bastante notorio el cambio de comportamiento del recién cumpleañero. Si bien, no actuaba extraño, era diferente.

— ...Yukhei — Finalmente, Kun se atrevió a preguntar. —, ¿te sientes bien?

Y el chico respondió con un ligero suspiro.

— Sip, ¡estoy perfectamente bien! — Levantó el dedo pulgar de su mano, y por primera vez en el día les dedicó nuevamente su gran y brillante sonrisa. — ¿Qué les parece si salimos después de la escuela?

Suspiró, sintió un inmenso alivio al ver a Yukhei regresar a su usual brillante forma de ser.

Al final quedaron con prácticamente los mismos planes que tenían, únicamente cambiando la fecha a ese mismo día. Ten invitaría al estadounidense que se había perdido de mitad de la conversación —porque, bueno, digamos que Ten no hacía un gran trabajo como tutor de chino— y Kun invitaría nuevamente a su hermano.

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Pasó el descanso como siempre, con todos los chicos hablando y bromeando entre sí, y al sonar la campana se despidieron todos y cada uno corrió a sus distintas aulas.

Pero Kun no podía quitarse ese extraño sentimiento de encima. ¿Cómo podía explicarlo?

En los pequeños descansos que tenían siempre se topaba con Yukhei en el pasillo, ambos se saludaban con una sonrisa, a veces intercambiaban algunas palabras más, y regresaban a sus salones.

Pero es que Xuxi estaba actuando extraño. Era como si lo ignorara. Más bien, cuando lo veía el chico daba la vuelta o lo esquivaba por completo.

¿Tal vez siga enfermo y no quiere contagiarlo?

— ¡Kun! — Gritó Ten corriendo hacia él con un jugo en cada mano, dándole uno a él. — ¿Sigue en pie lo de ayudarme con la tarea de matemáticas? Sigo sin entender la probabilidad de eso del bi-nomo a la calabaza.

— Nomo... Calabaza... ¿Binomio al cuadrado? Ese es un tema de la semana pasada, ¿tan atrasado estás con la tarea?

— Algo así... Ya sabes... He estado ocupado siendo el tutor de Johnny... Si, eso. — Ajá, totalmente creíble, pensó.

— Podemos vernos un día de estos en mi casa, si quieres — Propuso el mayor. —, pero Johnny no está invitado.

Vio la cara del más bajito cambiar completamente de expresión, esa carita de perrito mojado que le funcionaba tan bien con cualquier otra persona. Pero nunca funcionaba en Kun.

— Johnny va a distraerte mucho.

— ...Cierto. Voy a distraerme con sus brazos, y con su...

La campana lo salvó en el momento justo. No tenía intención alguna de escuchar nada de lo que el omega estaba por decir.

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Al terminar las clases se encontraron todos los muchachos en la gran entrada de la preparatoria. Kun y Ten fueron los últimos en llegar con los demás, incluso Johnny estaba ahí, usando un chino a medias para charlar con Yukhei, quien respondía en una mezcla extraña de chino con jerga en inglés.

Era bastante cómico verlo decir "It's okey man", "You know?" entre sus frases y terminar diciendo todo como si estuviese bailando una rara coreografía con sus brazos, pero John parecía entenderle a la perfección.

— ¿Porqué tardaron tanto? Ya nos íbamos sin ustedes. — Cheng les preguntó, levantándose de su asiento en la barda que separaba la entrada de los árboles.

Kun simplemente le dió un vistazo rápido a su acompañante, quien mantenía una expresión enojada desde la última clase.

— Juro que el profesor de química tiene algo contra mí.

Todos se miraron entre sí, un unánime "hagamos como que le creo".

— Bueno, ¿listos para irnos? — Preguntó Yukhei, quien estaba de vuelta a su normal forma de ser. Era tan extraño. — Kun, dijiste que invitarías a tu hermano, ¿verdad?

— Si, lo veremos allá.

— Bueno, ¡vamos!

Empezaron a caminar todos juntos con dirección al centro comercial, tenían la gran fortuna de que el lugar quedaba a sólo unos minutos de su escuela.

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