WISH YOU WERE GAY | CHANGBIN

CAPÍTULO 3

- Que lindo debe ser que el chico del que estás enamorado desde tu infancia sea homofóbico y que te odie o insulte cada vez que te ve, enserio, debe ser fantástico.

- Minho, por más que seas mi mejor amigo, juro que si no cierras la boca -giró su cabeza para ver al mayor unos segundos, sonriéndole con dulzura cuando en sus ojos se podía ver su clara sed de sangre. Su sangre-; voy a cortarte las jodidas bolas con mis dientes. Y créeme será cuando menos te lo esperes.

- Osea, ¿que me las arrancarás cuando me estés haciendo una mamada?

- No, baboso. Te las arrancaré cuando me estés cogiendo.

- Ah, bueno.

Entraron a la cafetería de aquella universidad, uno con semblante de querer morir y matar a cada ser que se le pusiese en frente y el otro con una sonrisa de burla en su rostro. Muchas y muchos al verle con aquella sonrisa sólo pudieron suspirar como colegialas enamoradas que eran.

Muchos rogaban por tener la atención que le daba el Lee a su mejor amigo, pero sabían que era un total fracaso siquiera intentarlo; Minho parecía adorar a Seung, literalmente. Si Seung estaba en la biblioteca, ahí estaba Minho. Si Seung era castigado por equis motivo, Minho hacía lo imposible para que lo castigaran junto al menor. Si Seung quería algo, Minho lo buscaba.

Siempre había sido así, siempre. Y era algo que hacía a muchos dudar. Muchos pensaban que tal vez eran novios y por eso el actuar del mayor, y es que vamos, muchos estudiantes eran los que afirmaban verlos besarse o hasta coger en las duchas, vestidores, biblioteca o salones vacíos, y sólo por eso, ya asumían que eran pareja.

Pero en definitiva eso no era ni cerca de ser verdad.

Seung le había establecido con firmeza a Minho que sólo eran amigos con derechos y Minho estaba de acuerdo y satisfecho con eso. La confianza que había entre ellos era inquebrantable, si uno decía algo el otro le creía ciega y fielmente, y así era siempre.

Habían pasado muchas cosas juntos y es por ello que eran tan unidos.

Minho le debía muchos favores a Seung. Y Seung le debía la vida a Minho.

Era tan simple como eso.

- ¿Crees que Changbin vaya a comenzar a ser un fastidio?

- No lo creo, lo sé -se encogió de hombros con simpleza, tomando la leche chocolatada que había expulsado la expendedora y poniéndola en su bandeja de comida-. Changbin es un grano en el culo si se lo propone, Honnie.

- Aish, comienzo a pensar que tal vez no deberían acercarse, ya sabes.

- Vaya, antes te demostrabas tan decidido...

Ambos se sentaron en una mesa aleatoria, dejando sus bandejas en la mesa y sus mochilas a un lado de sus asientos. Comenzaron a comer en silencio, escuchando vagamente los murmullos en la cafetería como de costumbre.

Minho, quien estaba de frente a la entrada de la cafetería, pudo ver con claridad como un trío de azabaches entraban al lugar.

Azabaches entrando al chat.

Sonrió por su pensamiento, pero esa sonrisa fue decayendo y sus labios quedaron entreabiertos al ver a cierto azabache. Era lindo, joder, demasiado lindo. Era bajito, casi como Changbin, sólo que unos centímetros más alto. Tenía unas grandes mejillas que le hacían ver precioso, lo veía hablar y hacer expresiones con su rostro además de mover sus manos con intranquilidad. Desde donde estaba no podía ver sus ojos, pero de seguro eran igual de hermosos que él.