Primer extra.

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Les dije que había un extra adelantado ¿No?
Haber puercas agradezcanme!!! (┛✧Д✧))┛彡┻━┻

Como mencioné antes, ando modo horny, así que busquen un lugar solo sin que nadie las interrumpa, alguna bebida, botanas y unas toallas húmedas por si acaso. ( ͡° ͜ʖ ͡°)

Enjoy!!!


(...)

Suspiró por encima vez en ese día, secó con el dorso de su mano el sudor que se escurría de su frente.

El verano había llegado muy abrasador, se agachó de nuevo sacando las malas hierbas del huerto.

Después de terminar su labor fue de vuelta a su cabaña, la que compartía con su alfa, sonrió solo por ello.
Pasó una mano por su cuello tocando su marca, el enlace que los unía por el resto de sus vidas.

No estaba más contento con esa decisión, miró el lugar vacío.
Kacchan ya llevaba tres semanas fuera de la manada por la temporada de caza, y volvía dentro de otra.

Un mes, era lo iba estar sin el rubio, y lo extrañaba demasiado, quería que regresara pronto, besarlo, ser rodeado por sus brazos fuertes y cálidos.

Sacudió su cabeza y buscó su ropa, quería darse un baño, estaba sucio y sudoroso.
Eso lo hizo sonrojar, ya que, sucio y sudoroso era como más estaba con el rubio.

Desde la ceremonia, siempre, casi a diario, día, noche, madrugada y en la mañana, en cualquier momento. Kacchan siempre tocaba su cuerpo y entraba en el, para llenarlo de su polla y semilla caliente.

Un pequeño jadeo salió de sus labios, ya se había acostumbrado tanto a sus toques que ahora le hacían mucha falta, se había vuelto adicto a la piel del rubio y no se había dado cuenta.

Después de tres semanas sin su calor, le hacía mucha falta, y solo hacia su espera más eterna.

Después del baño y la cena fue de vuelta a su hogar, se tiró sobre la gran cama de pieles y se frotó en ella buscando el aroma del alfa, el cual encontró muy débilmente, la cama olía más a él mismo que a Kacchan.

Un gemido lastimero salió de su garganta, arrugó la boca con molestia, quería sentir el aroma de Kacchan, debía buscar algo.

Se bajó de la cama y buscó de entre las cosas del rubio, lo único que tenía su olor eran los pantalones que utilizaba, era mejor que nada.

Tomó uno y volvió a la cama, abrazó los pantalones colocándolos en su nariz, aspirando fuerte, ronrroneó mientras se frotaba en ellos.

-Kacchan~- gimió contra la tela sintiendo su cuerpo calentarse, quería, deseaba en ese instante que el rubio estuviera allí para que lo tocará, que las manos callosas del alfa recorrieran su piel como tantas veces lo han hecho antes.

Pero Katsuki no estaba, estaba allí solo en la cama y faltaba mucho aún para que el rubio volviera. Dejó escapar gemido inconforme, estaba necesitado, y bastante, pero no estaba la única persona que lo podría ayudar en ello.

-Mejor me duermo rápido.- se resignó, sabía que debería esperar un poco más por la llegada de su alfa.

Con eso en mente, trató de dormir, aunque no lo consiguió mucho. El sol ya había salido y el pecoso miraba el techo de su cabaña con fastidio, varías ojeras bajo sus ojos eran notorias, no había dormido mucho.

¿Por qué le estaba afectando tanto el hecho de extrañar el cuerpo de su alfa?

Era algo impensable, se suponía que debía mantener él las cosas bajo control, pero su libido era más fuerte que el.

Descubriendo quien soy. (Katsudeku/ Híbridos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora