Capitulo 14: Flores de primavera.

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La primavera llegó más antes de lo que Izuku hubiera imaginado, quizás era algo bueno la verdad, pero ahora se encontraba muy nervioso, como Denki antes o más, no le importaba en ese momento.

Izuku no había podido ver a Katsuki desde hace un par de días, aparte de que estaba muy ocupado con los detalles de la ceremonia, la tradición también era importante.

Pero el día de verse al fin era ese, Izuku tenía un bello traje de chaleco verde, muy parecido al que Chiyo le había dado la primera vez, aunque éste era más nuevo, y tenía un bordado de rosas en los costados.

Denki le había echo una bonita corona de flores, era de muchos colores y se le miraba muy bonito. Le gustaba bastante.

Cuando la tarde cayó, fue sacado de su cabaña por el grupo de Omegas, el rubio llegó con la tela que le cubriría los ojos.

—Bien Izu, ya sabes que hacer.- Denki sonrió en grande, Izuku solo asintió suspirando profundamente tratando de calmarse un poco, sentía su corazón latiendo de manera fuerte.

La venda cubrió la visión del pecoso y fue guiado hasta el centro de la aldea, Izuku sintió el aroma de los demás llegar a su nariz, podía sentirlo a todos, el aroma de Denki mezclado con el de Eijiro.

Mina, Tsuyu, Jirou, Sato. Había una mezcla en el aire de todos ellos y no sabía a donde ir, pero debía moverse y hacer uso de su nariz para encontrar a su alfa.

Caminó lentamente temiendo tropezar con algo, alzó su nariz olfateando el aire con atención, después de unos minutos así, un pequeño rastro llegó a sus fosas nasales.

Pudo sentirlo un poco, el aroma de Katsuki, siguió hasta donde su nariz lo guió, y pudo sentir como el aroma cada vez se hacía más fuerte, el de los demás ya no le cubrían o confundían el camino.

Se detuvo cuando sintió que ya había llegado al origen del aroma, una mano grande y callosa tanteó su rostro, tocando la tela que cubría su visión, no pasó mucho para que esa misma mano la quitará de sus ojos.

Parpadeó un poco adaptándose al entorno, al frente suyo estaba el rubio, él aún tenía la venda cubriéndolo, pero tenía una pequeña sonrisa en el rostro. Sonrió también y estiró su mano para quitar la venda.

—Hola.- saludó el pecoso en un susurro y con una sonrisa de oreja a oreja. Katsuki le miró con sus ojos brillantes, llenos de amor y alegría.

Los demás alrededor celebraron alegremente y les dejaron el paso para fueran hasta donde estaba Mitsuki esperándolos. Katsuki le ofreció su mano y la tomó con gusto, incluso entrelazó sus dedos en ella y caminó entre la multitud hacia la alfa de la manada.

La rubia tenía una sonrisa llena de orgullo y el omega de cabellos marrón lloraba a mares con una sonrisa también. Aveces Izuku se sorprendía de que Katsuki fuera hijo de un Omega tan dulce como el, pero era un alfa así que era algo obvio que obtuviera más el carácter de Mitsuki.

El mismo discurso de la vez anterior se dijo, la tela se amarró entre las manos sujetas de ambos y los votos se dieron. Jurar amor eterno era algo fácil, pues solo eran palabras, aunque fueran cargadas de afectos, hermosos sentimientos que nacían y crecían en cada corazón que pudiera latir.

Pero cumplir con cada una de esas palabras que se decían era lo difícil,  siempre se podían encontrar diferencias y obstáculos en el camino, sin embargo, solo se debe tener una voluntad fuerte y todo el amor que puedas guardar en tu corazón para superar cualquier reto.

Era algo que sonaba cursi, bastante cursi, pero era cierto.

Un delicioso banquete se dió a mitad de la fiesta, Izuku estaba sentado junto a Katsuki, mirando a los demás bailar y comer, la alegría en el ambiente era palpable. El pecoso podía ver a la perfección como la gran cola del Alfa se movía sin parar, muy ansioso, además de su aroma lleno de excitación.

Descubriendo quien soy. (Katsudeku/ Híbridos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora