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Uenoyama tocó la puerta de la casa de Mafuyu y después de unos segundos esta fue abierta por el extraño mejor amigo de su chico, Ugetsu Murata

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Uenoyama tocó la puerta de la casa de Mafuyu y después de unos segundos esta fue abierta por el extraño mejor amigo de su chico, Ugetsu Murata.

Ese chico pelinegro era un universitario violinista que había entablado una rara amistad con Mafuyu, ambos eran muy diferentes pero parecían llevarse excelente. Uenoyama suponía que Ugetsu estaba ahí para cuidar al pelinarnaja porque su madre trabajaba.

—Hola Ugetsu-san ¿puedo pasar?

El violinista se cruza de brazos y se recarga en el marco de la puerta—¿A que debemos tu visita, Ritsuka?

Que Ugetsu hablara de manera muy seria cuando usualmente tenía una actitud juguetona y sarcástica no era buena señal.

—Eh...vine a ver a Mafuyu.

Ugetsu eleva una ceja—¿Que intenciones tienes con Mafuyu?

—Hoy quiero cuidarlo.

Ugetsu frunce el ceño—¿Lo harás llorar de nuevo?

Uenoyama baja la mirada y se rasca la nuca nervioso—Sé que Mafuyu ha llorado mucho por mi culpa, pero te juro que eso jamás va a volver a pasar porque a partir de hoy ya no lo voy a dejar solo.

El violinista aún luce insatisfecho—Pero Mafuyu no es tú destinado.

—No lo es—confirma el guitarrista—Pero es el amor de vida. Mi corazón eligió a Mafuyu y no puedo hacer nada contra ello.

Ugetsu sonríe un poco—Está bien, pero si lo haces llorar otra vez, te haré la vida imposible.

—Me parece un trato justo—Uenoyama extiende su mano y el chico se le estrecha con fuerza.

El pelinegro entra a la casa y después de saludar a Tama se dirige de inmediato al cuarto de su niño.

Mafuyu esta recostado en su cama con el celular en la mano haciendo una video llamada.

—¿Seguro que estás bien?—pregunta el chico que está al otro lado de la línea.

—Sí Yuki, solo fueron unos golpes—Uenoyama frunce el ceño—Estoy perfectamente bien, pero ya sabes como son mi mamá y Ugetsu, ambos insistieron en que debería quedarme a descansar.

—Ok, pero cualquier cosa me avisas.

—Sí, Yuki...

—Mafuyu—lo llama Uenoyama colocando su brazo alrededor de los hombros del mencionado.

—Vaya, vaya, ya llegó el caballero de brillante armadura—dice Yuki a través del celular. El rubio tiene un sonrisa burlona.

—Uenoyama-kun—Mafuyu lo voltea a ver y el guitarrista nota un ápice de nerviosismo—No sabía que ibas a venir.

—Necesitas a alguien que te cuide mientras se te curan los golpes—Uenoyama mira al celular donde Yuki suelta una risilla—No sabía que estabas ocupado.

Destino Equivocado//Given Donde viven las historias. Descúbrelo ahora