(Una última hoja)
(POV ROY)
Esta vez seré yo el que escriba esta parte del diario de Riza, con su respectivo permiso
Han pasado ocho meses desde que leí este diario y desde que le pedí a Riza que se volviera mi esposa.
En dos meses ya tenía todo preparado para la boda, me hubiera gustado tenerlo en menos tiempo, pero la reconstrucción de Ishval no podía detenerse, así que trabaje como nunca en mi vida había trabajado para apresurar las cosas, en todo este tiempo no he parado de demostrarle a Riza cuanto la amo, a veces terminaba amenazándome por hacerlo en horas de trabajo, pero en la mayoría terminaba sonriéndome y regresándome el cariño, no puedo quejarme, en otras es ella la que me sorprende demostrándome su amor y como no hacerlo?, llevamos años reprimiendo estos sentimientos que nos es imposible no demostrar cuanto nos queremos.
El día de la boda llego y yo era el hombre más feliz del mundo, por fin podría tener a Riza a mi lado, pero no como mi subordinada, si no como mi esposa, estaba sumamente nervioso, voltee a ver a todos los presentes, había gente que solo por cortesía al ser militares importantes o jefes de Ishavl habían sido invitados, pero yo estaba concentrado en la gente que me había apoyado en varias ocasiones y gente que confió en mi en la guerra del día prometido, estaba la Teniente María Ross, Sheska, hasta los hermanos Armstrong estaban presentes, Zampano y los demás mitad quimera, los doctores Marco y knox, la alquimista y maestra de los Elric Izumi, y su marido, Al y su hermano el enano estaban en primera fila, este último no paraba de burlarse de mi pero Al lo callo diciendo que un día antes lloraba de emoción por ser mi padrino en la boda y por saber que por fin me casaría con Riza, santo remedio para que me dejara en paz, también estaba Ling Yao con Lang Fang la cual ahora era su prometida, hasta Scar estaba ahí,y por supuesto que Madame con sus chicas, ellas eran mi familia.
También estaban las personas a las que les confiaría mi vida sin dudarlo, aunque les demuestre lo contrario, Falman, Breda, Fury y Havoc, este último muy bien acompañado de la amiga de mi futura mujer, Rebecca, estaban todas las personas importantes en mi vida menos una, y al ver a su esposa e hija sonriéndome, sentadas en una de las bancas me puse triste, como hubiera deseado que Maes estuviera ahí, me lo imaginaba riéndose de mí, diciéndome que desde lo de Ishval el ya había notado algo entre Riza y yo, pero sobre la burla que me haría, estaría feliz de verme sentar cabeza con la mujer que amo, me sentía triste por no tener a mi mejor amigo a mi lado en ese día tan especial, pero conociéndolo estaría molesto si supiera que estaba triste en el día de mi boda, así que traté de enfocarme en lo más importante de ese día y de mi vida, en mi futura esposa Riza.
Yo llevaba el uniforme militar, el de gala por supuesto, y con mi cabello peinado hacia atrás, sabía que a Riza le gustaba verme peinado así
Pasaban los minutos y me ponía muy nervioso, hasta que por fin vi aparecer a la mujer más bella de todas, al menos para mí lo era, traía un vestido aperlado que ceñía a su hermosa figura, el cabello recogido en una parte pero con mechones sueltos, con poco maquillaje...se veía hermosa, quería correr para alcanzarla en medio del pasillo, tomarla en mis brazos y besarla hasta quedarnos sin aliento, pero sabía que no debía hacerlo, debía esperar hasta que ella llegara a mí; esos hermosos ojos color ámbar me veían con tanto amor contenido que me la ponía muy difícil para no moverme de mi lugar, y esa sonrisa llena de felicidad que la hacía ver aún más hermosa si es que eso era posible.
Cuando llego a mi lado tomé su mano sin poder evitarlo, le dije un te amo y para mi sorpresa me contesto diciendo que ella también me amaba, acaso podía ser más feliz?, y entonces las preguntas empezaron a surgir en mi cabeza, alguien como yo merecía esta felicidad?, después de toda la gente inocente que mate esta felicidad podía ser real?, lo pagaría de alguna manera?, de pronto sentí como Riza apretaba mi mano y me veía con preocupación y tristeza, ella sabía lo que estaba pensando porque ella estaba pensando lo mismo.
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EL DIARIO DE RIZA HAWKEYE
Roman d'amourLa curiosidad de Roy es mucho más fuerte que el sentido de hacer lo correcto, y mas al ver que esa libreta lo nombra a el, recordara y revivirá cosas que quisiera olvidar y otras que lo harán feliz, pero por sobre todo, sabrá como se sintió su Capit...