Se burlaron de ella. La acusaron de débil, frágil, rara, inútil.
Se sintió mal por ello; sin embargo, no permaneció de brazos cruzados.
El destino tiene muchas formas de revertirse.
Ella ni siquiera lo planeó.
como tampoco estaba en sus planes ena...
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¿Que es esta debilidad?.
¿Que es esta sensación de calidez en el pecho?.
¿Aun sigo enfermo?.
Como sea, ya no podía darme el lujo de ser un holgazán. Fue suficiente con suspender un entrenamiento el día de ayer,mi cuerpo no es debil y no lo hubiera cancelado de no ser por ... Esa, mujer.
Tsk, maldición.
Ahora siquiera puedo pensar su ridículo nombre en mi mente, porque esa sensación asquerosa revuelve mi estomago. Esas estupidas cosquillas.
Incluso su chillona y molesta voz me persigue dentro de mis pensamientos.
"Tu me cuidas, yo te cuido".
"Si fuiste un héroe para mi".
"Abraza me Bardock, por favor. Yo, siento que voy a morir".
"¡Hey!, ¡Chico de la cara cortada!."
También... Está ese beso.
¡No!.
¡Mierda ni siquiera fue un beso!.
Creo que, incluso un niño de seis años en entrenamiento podría dar uno mejor. Solo fue un choque accidental e incómodo.
Demonios.
¿Porque me hago problemas con esto?.
- ¡Capitán! -uno de mis asistentes me llama entusiasta.
Retomo mis labores y dejo de estar pensando estupideces. Sujeto la plantilla que está sobre la mesa, echándole un ligero vistazo a cada uno de los nombres de los integrantes, antes nos dividían por escuadrón; pero desde que la campaña de guerra comenzó dieron un giro radical y nos piden que entrenemos equipos de diversas personas.
Desde los mas capacitados y fuertes hombres... Hasta, los incompetentes como Gine.
- ¿Llegaron todos mis hombres? -lo interrogo, marchando en dirección a la salida de la carpa.
- Aun no -me informa detrás de mis espaldas- faltan unos cuantos, aunque teniendo en cuenta que ayer había dos por uno en bebidas y que el burdel estaba infestado. Yo empezaría a dirigir sin mucha condescendencia señor.
