"Un día temprano como hoy parecía igual que cualquier otro. Se escuchaba el canto de los pájaros del jardín y la luz del sol asomaba por la ventana mientras los árboles se movían empujados por la brisa mañanera. Sin embargo, nada de lo que pudiera pasar hoy podía salir bien. Era un día muy, muy, muy importante y no solo para mí, sino para todas las personas que estuvieron apoyándonos todos estos años y los que formamos parte. Hoy iba a ser un día único e irrepetible. Hoy iba a ser la última entrega de todas.
De solo pensar en la preparación que iba a necesitar todo el asunto, me entraban ganas de volver a dormir. Imaginar las infinitas discusiones de mis vestuaristas por el conjunto que iba a llevar esta noche sumado a que me quieran poner capas y capas de maquillaje me agobiaba y me dejaba con la única opción de no asistir al evento, aunque sabía que no podía decepcionar a los fans. Intenté sacar esas ideas de mi mente y llamar a la única persona que podría despejarme de estos pensamientos.
Cogí mi teléfono y apreté el número de marcado rápido. A mi sorpresa, me atendió el contestador. ¿Estaría durmiendo? Volví a intentar, sin éxito. Perdiendo las esperanzas y ya encaminando para la cocina sin haber escuchado su voz, volví a llamar por última vez, hasta que me atendió en el último timbrazo.
-Hola bebé –dijo, con voz somnolienta-. Disculpa que no te haya atendido antes, estaba durmiendo, ¿qué pasa?
-¿Cómo qué pasa? Es la última premiere antes del estreno, ¿lo olvidaste? –contesté.
-Sí, buenos días, yo también te amo –hace una pausa para que note su ironía-. No lo olvidaría, ¿pero por qué tantos nervios? Es una premiere, ya has sobrevivido a muchísimas, no hay nada de diferente y además...
Su despreocupación me ponía de los nervios, lo que hacía que me levante de un salto de la cama y comience a caminar desesperadamente por toda la habitación. ¿Acaso no se acordaba de nada?
-Cariño, ¿qué te pasa? ¿Cómo que no hay nada de diferente? ¿No te acuerdas lo que planeamos? Me decepcionas.
Por algunos minutos, no dice nada ni tampoco oigo su respiración, lo que me inquieta todavía más. Me va a matar lo mucho que se toma a la ligera las cosas.
-Ah, sí. Discúlpame, sigo dormido. No te preocupes, ya se lo imaginan hace años, no será sorpresa. Por cierto, ¿no quieres que vaya y pase la tarde contigo?
-Mejor espérame en tu casa y salimos de allí en coches distintos, para no sospechar. Estás más apartado del centro, no van a correr tantos rumores.
Voy llegando a la cocina y pongo a calentar agua para un té mientras preparo un sándwich de queso. Estoy escuchando pequeños suspiros del otro lado de la línea y sé que no va a tardar en quejarse.
-¿Por qué separados? –Dice, de mala gana-. Ya hemos viajado en el mismo auto cientos de veces y no te importó, va a ser lo mismo...
-Ya lo veremos allí, cariño. Ahora solo espérame, que en unos momentos estaré allí. Te amo.
-También te amo, bebé –corta la llamada.
Mientras sirvo el líquido en una taza y el sándwich en un plato y lo llevo hasta una pequeña mesa busco en el móvil los números de mis estilistas. Mando mensajes diciéndoles que lleven todos los preparativos directamente a la casa de los padres de mi novio, aunque quiero creer que ya sabían que iba a estar allí. Después de terminar el desayuno, levanto los platos poniéndolos en el fregadero: ya habrá tiempo para lavarlos más tarde. Vuelvo a mi habitación y saco del ropero un vestido negro con un bonito escote en forma de rombo que me llega más arriba de las rodillas y unos tacones del mismo . Me pongo un poco de perfume, el que sé que a él le encanta. Así estoy perfecta, no necesito nada más cuando estamos juntos.
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Fragmentos de un Pensamiento
De TodoEscenas que escribí durante mi adolescencia, cuando me llegaba la inspiración. "Ideas que se me ocurrieron a partir de un pensamiento que tuve, pero es solo una parte de ellos, el fragmento que sirve para relatar la historia. Empezaron siendo anóni...