Estaba solo en casa, sin mucho animo debo aclarar. Tocaron la puerta aunque no esperaba visitas, me sorprendí al verte parada con tu sonrisa encantadora.
-Puedo pasar -preguntaste.
Eche una mirada sobre mi hombro a mi casa que echa un desastre al cual ya me había acostumbrado.
-no se si sea buen momento- respondí
-no te preocupes, yo te ayudo-dijiste y sin que yo pudiera responder tomaste mi mano y entraste cerrando la puerta tras de ti.
tomaste tus brazos buscando calentarte yo rápidamente busqué con mi mirada algo que ofrecerte para calentarte y aquí dentro todo estaba congelado.
Sacaste de tu bolso una chaqueta y solo me sonrreiste.
-todo estará bien -recuerdo escuchar eso mientras empezabas a organizar todo
Primero fue mi cuarto, luego la sala y después pasaste a la cocina, cada lugar se empezaba a sentir más cálido con tu presencia y el termómetro en la pared cada vez marcaba unos grados más arriba,
Llegaste a la nevera y en ese momento sentí miedo, no quería que vieras lo que estaba ahí dentro, pero denuevo sin esperar abriste la puerta y encontraste la fuente de todo el frío. Mi frio y comgelado corazón, lo tomaste en tus brazos y lo pegaste a tu cuerpo y todo cambió.
El hielo de las paredes se fue descangelando, el agua comenzó a correr por el suelo y mi mundo en blanco y negro al estilo de una animación de los 70 empezó a tomar color.
Tu eres el mismo infierno y disfruto arder a tu lado...
Todos los miedo uyeron y se escondieron es el armario, solo quedabas tu acostada sobre mi pecho, mi cama era un lugar mágico donde ambos escribíamos los más pervertidos y la vez tiernos relatos, el preparar la comida contigo era lo más especial, me sentía feliz a tu lado y eso me mantenía ciego y en mi mente solo estabas tu. mientras dormía a tu lado mis demonios rondaban pero a tu lado nada importaba. De repente todo cambió tomaste tus cosas y te marchaste.
Mientras cruzabas la puerta de salida la soledad entraba por el puerta de atrás toda el agua que se acumuló durante todo este tiempo se desbordó en forma de lagrima.
Y aquí estoy en mi cama que siente vacía y fría sin ti. El miedo sigue tocando mi puerta. Guarde el corazón en la nevera, así no te espero y así no me esperas...
Al final solo eras una visita pasajera en mi vida..