Durante mucho tiempo temí al insomnio, incluso creo que lo sigo haciendo, para mí las noches aunque amigas y confidentes fueron una verdadera condena, las noches te ponen a pensar demasiado, en todo y en nada al mismo tiempo, en lo afortunado que eres y en lo miserable e insignificante que es tu vida.
Fueron las noches las que permitieron que me conociera más a fondo pero también las que casi me hacen descender a mis infiernos.Un día conocí algo increíble llamado marihuana, que me abría la mente y me ponía a pensar que algunas cosas no eran tan importantes, que es toda nuestra mente agrandando nos problemas para hacer que nos preocupemos más, me ayudó a conciliar el sueño, a relajarme y a dormir tranquilamente.
Algunos como yo tienen la yerba mientras que para otros es el dinero, algún fármaco, algún acto, alguna persona; todos de alguna misteriosa forma tienen su propia droga, su propio infierno artificial.