- Capítulo 5

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- Yo... - habló. - Es cierto. Pero hablemos de eso en otra ocasión. Quiero despejar la mente de preocupaciones ahora. - me sonrió.

- Oh claro, comprendo. - le devolví la sonrisa y me acerqué a la bolsa, dónde metí la ropa sucia. Saqué lo que me iba a poner.

- Me van a caer los pantalones. - dije.
Sonrió y se quitó la camiseta.

- ¿Por cierto de dónde saco ropa interior? El brasier no se ha ensuciado pero...

- Ya te dejo yo algo. - me interrumpió.

- ¿Me estás diciendo que tengo que ponerme tus bóxers? - enrojecí un poco insegura.

- Los he lavado, tranquila. - dijo riendo.

Reí con él y le di la espalda. Dejé mi brasier en un lugar seguro. Noté sus ojos clavados en mi espalda.

- Joder el agua está muy helada. - susurré tocándola.

- Métete sin pensarlo. - dijo sacándose los pantalones a mis espaldas.

- Supongo que sí. - quité el resto de mi ropa interior rápidamente y me tiré. No había mucha corriente, esa parte del río estaba bastante estancada, incluso parecía un lago. Desde allí logré ver la luna a través de los árboles. Apenas había luz, la sombra de Jean fue hacia el caballo y dejó un farolillo de fuego abierto en la orilla.

Me miró con aspecto tímido.

- Entra tonto. - grité lavando mi pelo. Me hundí en el agua mientras limpiaba mi piel, fue entonces cuando noté el escozor de la herida en mi labio y mejilla.

Cuando dejé de sumergirme Jean ya estaba dentro. Me acerqué a él nadando. Encontré una zona dónde no llegaba a tocar el suelo así que retrocedí.

- Imagina que ahora viene alguien. - dijo.

- No llames al mal tiempo. - caminé por una zona más elevada dónde el agua me iba por la clavícula.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. - ¿Tienes frío? - preguntó. Asentí. No era la única.

Nadé un poco hasta sentir menos frío y luego andé por las zonas que el agua cubría menos. Al instante apartó su mirada de mí. Sonreí. - No muerdo. - susurré.

Logré ver su sonrojo gracias a la poca luz que nos iluminaba. Se agachó un poco y se quedó hasta que el agua le llegó por el pecho. Andó un poco, cada vez el agua cubría menos. Me mordí el labio en el instante que divisé la V de su pelvis.

Me acerqué a él mientras se quedaba quieto. Puse mis manos en sus hombros y suspiró.

- Lávate el pelo que para eso venimos. - dije salpicándole agua en la cabeza.
No dijo nada, me quedé detrás de él y le empapé el pelo. Se lo froté y masajeé su cabeza un rato. Luego se dio la vuelta.

- Gracias. - susurró mirándome a los ojos.
Su mirada bajó a mis labios y me acerqué a él. Pareció estar a punto de retroceder cuando, al acercarme, me levanté.

Reí un poco avergonzada. - Anda ven aquí. - hice un puchero hasta llegar a escasos centímetros de él. Su mirada no se apartó de la mía ni por un instante.

Acerqué mis manos a su espalda y me abracé a él. Noté sus músculos tensos pero correspondió.

Fui a buscar sus labios. - ¿Te incomodo...? - pregunté al verle tan estático. - Perdón...no debí... - no terminé mi frase, correspondió a mi abrazo y fundió nuestras bocas.

Llevé una de mis manos a su mejilla y la otra a su hombro. Me apegué a él, dejando que nuestros pechos chocaran al igual que nuestros labios. Un leve jadeo salió de nuestras bocas cuando nos separamos del beso, pero no del abrazo.

Jean Kirstein x tú || Historias y One Shots (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora