- Capítulo 8

4.1K 165 136
                                    

Entramos a nuestra habitación, dejamos nuestras cosas a un lado de nuestras camas. Me puse a ordenarlo todo.

- Te diría que te duchases conmigo. - dijo Jean. - Pero será mejor que no... no podré contenerme...

- Está bien. - susurré bastante sonrojada. - Ve. - y se encerró en el baño.

Recordé esa vez que me dijo que un día quería meterse en la bañera conmigo, maldije por no habérselo dicho. Otra vez será, pensé.

Me tumbé sobre la cama, preparé un vestido. Nunca suelo llevar vestidos, pero esa vez fue la excepción. Era un poco ridículo vestirse para quitarse la ropa después pero Jean insistió. Maldito romántico, pensé.

Cogí mi ropa interior a conjunto y el vestido. Tan rápido Jean salió del baño entré yo. Apenas le miré, pero se había puesto una camisa y unos pantalones normales con un cinturón.

Dejé la ropa a un lado y me desnudé. Ese cuerpo que tantas veces me daba inseguridades resultaba ser el que el chico que me gusta amaba. Qué irónico.

Me recogí el pelo, que ya había lavado el día anterior, y dejé que el agua fluyese sobre mi cuerpo. Me depilé con mi cuchilla, Jean había hecho lo mismo con la suya, que estaba apoyada en la rejilla del lavabo, y después no pude evitar tocarme. No fue mucho rato, pues no quería que Jean lo supiese. Pero lo necesitaba. Iba a tener sexo con alguien por primera vez en mi vida y necesitaba activarme a mí misma antes.

Aguanté mis gemidos. Pensé en sus manos recorriendo mi piel, ahuecando mis glúteos. Pensé en cómo se sentía cuando lo tenía en mi interior en ese extraño sueño que tuve. ¿Será igual esta vez? Pensé.

Pensé en sus labios sobre mi piel, su cuello marcado por mis besos y su espalda arañada por mí. Sentí mi corazón latir muy rápido y sentí miedo. Mucho miedo de repente. ¿Estaba preparada? ¿Iba a doler? Por un momento dudé de todo. No quería decirle que no ahora que le había ilusionado. Era demasiado tarde y yo estaba temblando. Me mentí a mi misma pensando que era del frío que chocó contra mi cuerpo cuando salí de la ducha después de haberme quitado el jabón.

Me vestí lentamente y me miré al espejo. Quizá no estoy preparada aún. Pensé. Quizá no debería estar saliendo con él. Me dejé guiar por mi corazón sin pensar en el día que esto llegase. Tenía miedo. Y a la vez ganas, muchas ganas.

Suspiré. Tragué saliva y salí del baño. Tiré la ropa en mi cesta y me dirigí a su cama, dónde estaba tumbado. Por suerte era lo suficiente grande para caber los dos.

Le miré de reojo. Me cogió la mano cuando pasé por su lado. La besó. Sonreí, se movió un poco y me tumbé a su lado.

Por la ventana entraba la luz del atardecer, todo reinaba en silencio.

Se ladeó y me miró, nisiquiera me había puesto una mano encima aún. Puse mi mano sobre la suya y la dejé en mi cintura. Se acercó más a mí y besó mí frente.

Acarició mi cuello con los dedos, con una suavidad inexplicable, como si fuese una pieza muy valiosa, como si pudiese romperme en cualquier momento. Acarició mi mejilla con su pulgar. Le miré los labios. Los deseaba. Los necesitaba. Pero él no se movió. Se mantuvo mirándome en silencio por unos minutos. Me acarició, mi cintura, mis muslos, mi cuello. Finalmente de un movimiento lento se puso sobre mí, con tanto cuidado que parecía no notar su cuerpo.

Jean Kirstein x tú || Historias y One Shots (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora