Disclaimer:
Bungō Stray Dogs|文豪ストレイドッグス
y sus personajes, son propiedad intelectual de Kafka Asagiri, ilustrado por Sango Harukawa.Géneros:
| Tragicomedia | Slash | Leve AU |Las calles de Yokohama estaban vacías y oscuras, mientras se desplazaba con toda la velocidad que sus piernas podían aportarle. Por algún motivo, usar Sobre el dolor corrompido a su favor, no le era posible. Los gigantescos pasos se escuchaban cada vez más cerca y pronto estuvo sobre él una mano, apretándolo contra el suelo.
El peso que ejercía presión sobre su cuerpo era tal, que Chuuya no lograba librarse de tal fuerza opresora aún con su poder sobre la gravedad. Aquella enorme mano anulaba su poder con audaz facilidad. No podía creer que así es como iba a morir; aplastado por un enorme, gigantesco... Dazai de peluche.
Inspiró con fuerza, abriendo sus ojos, confundido y agitado. El sudor perlando levemente su frente.
Sobre su pecho, Dazai dormía plácidamente, babeando como un bebé...
— Un momento... —¿qué hacia el desperdicio de vendajes en su departamento? Más importante aún; en su cama, sobre él.
Por si las cosas no pudiesen ir peor, estaba usando uno de sus pijamas favoritos. Chuuya se preguntó sinceramente, cómo o por qué razón en el mundo estaría compartiendo cama, de todas las personas sobre la tierra, con Osamu Dazai. La idea de lo que pudo haber pasado el día anterior le horrorizó.
La visión de ambos, piel con piel en una danza pasional y nada trivial, le azotó la cabeza reflejado como una migraña.
— No vuelvo a tomar vino del barato —se dijo, removiendo el pesado cuerpo laxo que lo apresaba contra el colchón. El otro se quejó por ser quitado de su autodenominada comodidad, levantando apenas su cabeza y apoyando su peso sobre los codos, usando una de sus manos, la diestra, para restregar uno de sus ojos. Como si con ello se le fuera a quitar el sueño.
— ¿Por qué tan agresivo por la mañana...? —murmura con tono adormilado.
— Tuve una pesadilla —contesta en automático. Pero algo es extraño en ello.
Si se estaba quejando por encontrarlo en su cama, ¿por qué le hablaba tan casualmente? Como si estuviera programado para ser así, él mismo se acercó a plantar un beso de buenos días en los belfos ajenos. Dazai se estiró con una sonrisa boba y aún con sueño, antes de levantarse y seguirlo al baño. Compartieron el lavabo mientras cepillaban sus dientes, porque misteriosamente Osamu tenía su propio cepillo ahí. Fueron juntos a la cocina, donde Chuuya se dispuso a hacer el desayuno para ambos, aún sin entender porqué trataba de ese modo tan íntimo al ser que más aborrecía en la tierra. Dazai tomó asiento en el desayunador, viendo desde ahí como el otro preparaba los alimentos. Con una leve sonrisa, preguntó:
— ¿Y qué soñaste?
— Eras grande —y lo mira, la sonrisa lasciva del castaño le hela la sangre un instante—. ¡No seas idiota, pervertido! Me refiero a que eras enorme como un edificio, pero de peluche, y me aplastabas.
— ¿Al estilo Godzilla recorriendo Nueva York? —concluye este, siendo el ejemplo más lógico que le vino a la mente.
— Algo como eso...
Aún con la duda de porqué están juntos, Chuuya se sienta a compartir de un desayuno y una buena taza de café, junto al castaño. Siente que el tiempo se le va volando cuando ya es momento de hacer la cena y envía a Dazai a la bodega por una botella de su reserva personal, para acompañar la comida.
— "¿Bodega? —se pregunta de pronto—, ¿desde cuándo tengo una bodega en casa?"
No tiene tiempo para responder, cuando el sonido de cristales partiéndose inclementes contra el suelo, le hace casi volar en dirección a la susodicha bodega. Al entrar encuentra a Dazai con una botella en mano, y el estante donde todas estas descansaban, misteriosamente inclinado hacía delante y sostenido por la mano libre del castaño para que no cayera del todo; había dejado caer todas las demás botellas, convirtiendo la escena en algo sacado de película de terror para Chuuya.
— Juro que solo intenté sacar la botella, ¡pero estaba atorada y no salía! ¡Chuuya no me golpees!
Y cuando este se acercó a golpearlo, Dazai se cubrió la cabeza, dejando caer la única botella sobreviviente y el estante por completo al suelo, salpicando todo el vino que estaba regado en el suelo además del vidrio verdoso de las botellas, en todas direcciones...
Chuuya pegó un grito y se levantó en un brinco de su cama.
Sudaba a mares y tuvo que sacarse los guantes y desabrocharse los botones del chaleco y de la camisa por la sofocación. Al parecer se había quedado dormido ni bien tocó la cama, pues aún traía su vestimenta del trabajo.
— Todo eso fue... ¿Una pesadilla? —dijo para sí mismo, queriendo sonar convencido, pero no siendo más que un vergonzoso intento gracias al temblor que opacaba su gruesa voz grave—. Un sueño dentro de otro... No... Una pesadilla dentro de otra, y otra...
Para rematar su nivel de cansancio psicológico por tan terrible cadena —a su parecer—, de malos sueños, el timbre de la entrada comenzó a sonar de forma ruidosa y molesta, pues al parecer la persona del otro lado de la puerta, o traía noticias urgentes que no pudieran ser comunicadas por una llamada telefónica, o quería morir hoy. Arrastró los pies descalzos hasta el orígen actual de su martirio y giró la perilla para recibir a su inoportuna visita de media tarde.
Dazai le sonrió del otro lado de la puerta.
— Chuuuuuya~ —canturreó.
— ¡NOOOOOO! —y Chuuya le cerró de un portazo.
El castaño bufó ofendido. Aún sabiendo que lo detestaba tanto, ¿es que traía algo raro en la cara acaso? ¿Estaba tan feo, como para que le mirara con tanto horror? Lo que Osamu no sabía es que había sido toda la noche el principal protagonista de todos los sueños —pesadillas—, de un pequeño cascarrabias de traje y sombrero. Y seguiría sin saberlo, porque Nakahara no estaría dispuesto a verle la cara en un largo, largo tiempo.
Fin.
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𝗢𝗇𝖾-𝗦𝗁𝗈𝗍𝗌 𝗦𝗈𝗎𝗄𝗈𝗄𝗎
FanfictionUna recopilación de mis mini historias que hago para participar en concursos en la plataforma amino y que estaré compartiendo por aquí para vuestro deleite; en lugar de hacer muchos libros, re-perezoso yo hago uno solo, a. Las h...