~Niall~
Las noticias la recibí directamente de Zayn. Claro, la persona en cuestión era nada más y nada menos que su prima.
-..Si -Me confirmó- salió ayer. Los medicos dicen que con tal de que sea constante con sus medicinas todo está bien.-Echó su cabeza hacia atrás al mismo tiempo que yo dejaba salir aire algo exaltado.- Dios, la detesto, pero no puedo dejarla sola en esa situación.
-Te entiendo, bro -Le dije. Siempre había expresado su completo desagrado por Amy, su prima, pero aún así no llegaba más allá de simples estupideces de niños. Ahora, en Londres, había tenido que lidiar con ella y su problema. Ante todo la familia, claramente.
Yo ya tenía perfectamente definidos mis sentimientos hacia ella, entre los cuales la làstima y la repugnancia se destacaban. ¡Ser enfermo mental no justificaba haber intentado matar a alguien!
Y es que Amy no es que fuera la persona más cuerda de todo el mundo, no la culpaba, al fin y al cabo no se elige de qué sufres y de qué no, pero al saber de su transtorno lo mínimo que debía hacer era buscar ayuda... Nunca lo hizo, y aún así había intentado matar a mi novia en medio de un arranque de celos.
Llevaba unos cuatro o cinco meses en rehabilitación, porque aparte de su problema, la chica se drogaba. Mezclaba toda clase de tragos y drogas. No puedo ni imáginar lo que resulta de una mente enferma, más droga y alcohol.
-¿Y dices que está en su casa? -Pregunté. Él asintió ido, pero al analizar las cosas me miró con los ojos bien abietos- No me mires así, necesito explicaciones.-Corrí escaleras arriba por las llaves de la camioneta y una chaqueta. Zayn no podía detenerme porque, simple y sencillamente, él sabía que eso era lo mejor que podía hacer.
****
Me toqué el cabello, nervioso. Zayn a mi lado, avanzaba con pesadez por el pasillo de la casa de Amy. Ella debía guardar reposo, por lo que Zayn era quién debía hacerle prácticamente todo, desde llevarle la comida, hasta ir y asegurarse de que se duermiera en la noche.
Y se notaba, se veía cansado y sin ánimos. Ally ya me había hablado de lo preocupada que se sentía por él: estaba perdiendo clases, le faltaba descansar y sus notas estaban por debajo del promedio, sin mencionar el hecho de que el moreno estaba considerablemente más delgado, después de que creíamos que no lo podía ser más. De pronto detuve mi paso en el pasillo y pasé un brazo alrededor de sus hombros, él debía sentirse apoyado en ésta situación que ni yo lograba comprender. Hizo lo mismo con su brazo y supe que valoraba mucho mi desición de ceder de buena manera. Hubiera podido ir a la policía y denunciarla por intento de homicidio y algunas otras cosas más, pero dejando de lado el hecho de que yo no tenía corazón para hacer una cosa así, no lo hice principalmente porque eso implicaría más problemas para él y eso era lo que menos necesitaba. Eso era lo que debía evitar.
Por su parte, Amy ya se me había salido de las manos. Me daba igual lo que sucediera con ella, sólo debía aclarar las cosas.
-¿Zayn? -Habló ella desde la habitación que había frente a nosotros. Ambos respiramos profundo y él empujó la puerta. Una habitación iluminada y reluciente se mostraba frente a nosotros, una mesita de noche con un vaso de agua y unas pastillas junto a éste, y Amy entre las sábanas de aquella cama que estaba perfectamente tendida con élla ahí adentro. Es como si no hubiera dormido ahí.- Oh, chicos ¡Qué sorpresa! -Se quedó mirándonos unos segundos eternos. Intentó levantarse, pero Zayn la detuvo- No, no. No puedo recibirlos así -Dijo. Estaba bien peinada, no como antes, pero aún así bien, y con una bata blanca que cubría todo su cuerpo. Se quedó mirándome y me encogí como una tortuga dentro de su caparazón. Mentiría si dijera que la escena no me daba miedo, nunca había lidiado con una persona en ésas condiciones, por lo que me sentía realmente extraño y con ganas de salir corriendo de allí.
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Summer Love 2: Don't make this any harder
De TodoNueve meses no fueron suficientes para que _____ Jones lograra superar a ese chico rubio con ojos maravillosamente hermosos. Pero tampoco lo fueron para él; No había día en que no se preguntara la razón de su partida, y aunque le costara admitirlo...