¿Gemidos?

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Taeyong camina por las calles de la prefectura de Osaka, con una paz que llena su ser.

Como siempre, después de una jornada de trabajo, vuelve a su casa.

¿Quién lo esperaba allí?

Yuta

El hombre que ama.

El hombre al que le entregaría su vida.

El hombre que está gimiendo... ¿Qué?

Simplemente estaba parado frente a la entrada del departamento, y estaba escuchando gemidos.

No. No puede ser.

La desesperación comenzó a brotar por sus venas, reemplazando la calma. Abrió la puerta con sus manos que habían comenzado a temblar, su rostro, estando tan afligido.

No puede ser.

-¡Oh dios mío! —Y otro gemido de Yuta.— ¡Está muy duro!

-Tú lo has puesto así de duro. —Taeyong caminó por todo el pasillo hasta el final, entrando a la habitación rápidamente... Pero no había nadie.

-¡No voy a tragarme esto!

-¡Que sí!

¿Lo estaba engañando o estaba sufriendo un abuso por parte de esa voz que parecía... ¿Johnny?

Maldita mierda, sabía que Johnny tenía algo raro debajo de ese rostro.

Corrió, esta vez al baño, ¡Pero tampoco estaba!

-¡Johnny! —Taeyong siguió la voz, que ya sabía de dónde provenía, y eso era la cocina. Fue caminando muy lentamente, escuchando lo que parecían movimientos fuertes.

-¡¿Qué mierda está pasando... aquí...? —Vio el panorama. Johnny, en cuclillas tratando de despegar la carne quemada de la asadera.— ¿Qué pasó?

Yuta gimió, moviéndose como un niño berrinchudo.

-¡Johnny quemó la carne!

Los movimientos bruscos eran del alto, tratando que el pedazo de jeroglífico saliera completo.

-¡Yo no fui! ¡Tú te pusiste con el celular a escuchar Loona mientras la carne estaba en el horno! ¡Esto está muy duro! —Golpeó el piso, dejando una gran marca.

-¡Johnny! —Gritó el Yutae al unísono.— ¿Saben lo que cuesta un pedazo de carne? —Inquirió Taeyong muy serio.— En la próxima que quemen la carne, sobretodo tú Yuta, —señaló a su novio.— No compraré más carne y nos convertiremos en vegetarianos. ¿Está claro?

-Sí, amor. —Dijo muy a regañadientes, desviando la mirada.

Hoy no iba a ser una noche divertida.

Touch | YutaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora