tiempo para meditar

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"Bueno, vete, a ver cuánto aguantas sin mí."

¿Quién diría que el responsable de esas palabras sea el que no haya aguantado ni un par de horas sin su pareja?

Taeyong salió despavorido de su casa. Eran las 3 de la madrugada y Yuta no había vuelto a casa como pensaba que iba a pasar.

Taeyong se sentía culpable de ser tan frío y malo.

Cuando salió ni siquiera agarró un paraguas, simplemente salió a buscarlo.

Para colmo no se acordaba dónde quedaba la casa de los padres de Yuta.

Estuvo merodeando una hora todas las cuadras y calles que pensaba que podrían ser la de los padres de Yuta.

Y en una lo encontró.

Yuta estaba pálido, más de lo que es, y estaba absolutamente mojado.

Taeyong no puede creer que aunque los padres lo vean de esa forma no lo hayan entrado a su casa.

Taeyong corrió.

Ahora se sentía más culpable de lo que ya estaba.

Cuando estuvo frente a Yuta lo levantó, y se lo llevó corriendo. Ni siquiera tuvo memoria como para llevarse la mochila, era lo de menos ahora.

Corrió más de 20 cuadras sin parar. Todo por amor.

Sentía como Yuta temblaba y balbuceaba palabras.

Llegó a la casa y le sacó la ropa al menor de ambos, luego lo tapó con todas las frazadas habidas y por haber en su casa.

Taeyong no era el más hábil para cuidar a una persona enferma, pero por su pequeño querubín, moriría.

Estaba pensando en llevarlo al hospital, pero no tenía un auto y no tenía plata como para pagar un taxi.

-Bebé... —Taeyong se quebró al ver a su niño tan mal.

Taeyong era un manojo de nervios en ese momento.

Yuta no abría los ojos, pero respiraba, con mucha dificultad.

Al menos el tono de la piel había cambiado a una más humana.

Taeyong tocó su frente, aún seguía frío.

Por suerte el mayor no era tan idiota, y se acordó que podía llamar para que traigan una ambulancia.

Le puso ropa a Yuta y llamó a emergencias.

🕝

-Por suerte, Yuta está mejor. No se preocupe señor Lee, pronto le van a dar el alta médica y va a poder volver a su casa. —la sonrisa cálida del señor Kim Seokjin tranquilizó a Taeyong.

-¿Puedo entrar a verlo? —Seokjin asintió.— Gracias.

-Pero antes de que lo vea... —Seokjin le tocó el hombro, y Taeyong se dió la vuelta para mirarlo.— Va a tener que cuidarlo mucho, aún tiene gripe y un poco de mareos. —ahora era Taeyong él que asentía.

Taeyong abrió la puerta a la par que Yuta abría los ojos.

-Bebé...

-Taeyong...

Fin.

Touch | YutaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora