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Con la cuarentena en marcha y casi todo el mundo parado Taeyong podía descansar aunque sea un par de semanas.

Y no había nada mejor que pasar dos semanas con su amado novio.

Yuta disfrutaba de la compañía de su novio, y como al fin podía tomar un descanso decidió hacer de estas semanas los mejores para su mayor.

Tratarlo como un rey.

Llevarle la comida a la cama, mimarlo todo el día, cocinarle todo tipo de cosas y hacer el amor con él las horas y en el momento que él quiera.

Los suegros de Taeyong llamaron a penas se declaró la cuarentena algo oficial y fue muy inesperado para ambos.

Le desearon suerte y bendiciones, que todo había sido perdonado y que los perdonen a ellos por ser unos malos padres, que estaban tomando clases online con un psicólogo sobre el tema.

Ese día Yuta lloró, porque pensó que sus padres le odiaban, y era así hace una semana. Pero no los iba a perdonar nunca porque por culpa de ellos casi había muerto de hipotermia.

Ese día Yuta les dijo que no hagan nada de eso, que ya no iba a verlos jamás así que no se molestaran en tomar las clases porque ya no iba a estar con ellos.

Que se olvidaran de que tenían un hijo.

Y Taeyong no podía estar más orgulloso de su bebé, había superado a sus padres después de lo que pasó esa noche infame.

Y ahora, a punto de ver una película reflexionan de muchas cosas.

Yuta ya terminó la escuela y cuando termine la pandemia entrará a la universidad.

Pero también quiere otra cosa que no sea entrar a la Universidad.

-Con todo lo que nos ahorramos podríamos ahorrar un poco más e irnos a vivir a otro país. -A Yuta se le safó un tornillo.

-¿Qué dices mi amor? -Le preguntó entre risas nerviosas.- ¿A dónde quieres ir a vivir?

-A Japón. -Dijo encogiéndose de hombros.

-Japón... -Taeyong lo pensó, total sí parecía ser una buena idea.- ¿Estás seguro bebé?

Yuta asintió con una sonrisa.- Tengo amigos que nos pueden conseguir un trabajo que tenga un salario más que decente.

-Amigos... -Repitió la palabra. Yuta lo miró extrañado.- Lo siento. -Se sonrojó al saber que no lo había pensado.

-Eres tan lindo cuando te sonrojas. -Espetó Yuta cerca de su cara, rozando sus narices.

-Tú eres tan lindo y sexy cuando hablas de esa forma... -Lo miró a los ojos con tanta lujuria que el menor empezaba a acalorarse de saber que cuando su novio hablaba y le miraba así, le esperaban unas muy buenas horas.

-Dejemos la película para después. -Yuta dejó el control en la mesita de café y se lanzó a Taeyong como un león a un filete de carne fresca.

Touch | YutaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora