AntiCupido Society (892 palabras)

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Muchas chicas creen que el primer amor debe ser como nos inculcan desde pequeños en películas, serie y libros. Pero yo no soy como esas chicas que le imploran a cupido que su enamorado o enamorada les haga un poco de caso.
Fue así como junto a unas amigas formamos una sociedad la cuál llamamos: «AntiCupido Society», creímos que haciendo un nombre mitad inglés y mitad español quedaría guay. Y durante un tiempo fue así. Angie, Sakura y yo celebrábamos el día de san Valentín y el día blanco juntas.

Durante los primeros años de secundaria fue sencillo aunque comenzaron los problemas en el comienzo de Septiembre de nuestro tercer año de secundaria, con el traslado de tres estudiantes: Óscar, Marcos y Luis. Los tres se habían traslado desde Madrid hasta Shibuya. Óscar era un chico alto, rubio y de ojos azules, Marcos era un chico regordete pero adorable, de pelo castaño y ojos del mismo color, además cuando sonreía mostraba unas pecas que le hacían ver interesante. Por último, Luis, qué digo de él. Además de ser el chico más popular del instituto desde que llegó. Es un chico alto y muy robusto, tez morena y peli negro. Pero eso no era nada comparado con su mirada penetrante, cuando nos miraba con esos ojos verdes siempre nos dejaba sin poder articular nada, lo curioso es que surtía el mismo efecto con nuestros profesores. Por sino fuese poco, era capitán del equipo de fútbol y sacaba sobre saliente en todas las materias. Es el chico ideal, pero no. No debo fijarme en él, no puedo dejar a mis amigas tiradas y romper el juramento por un flechazo que podría durar unos días.

Pasaron varios meses, y esos tres chicos se hicieron muy cercanos en ese tiempo a nosotras. Era ocho de enero y ya estábamos de vuelta en el instituto, nos contamos que sucesos ocurrieron en las vacaciones de cada uno. Ese día observé que Angie y Óscar estaban muy cercanos. Pensé que estaban enamorados. A su vez, Sakura parecía sentir lo mismo que Angie, pero por Marcos; ellos también parecían bastante cercanos. ¿Pero si era verdad de que los cuatros se atraían, qué les impedía amar y ser felices?

    —Oye Nozomi— me habló Luis en susurro de una manera demasiado sexy
    —Di-dime— por mucho tiempo que pasase siempre me daba corte hablar con Luis.

«¿Por qué seguía teniendo este maldito flechazo aún habiendo pasado cinco meses?» seguía preguntándome cada día que pasaba y seguía sin dejar de gustarme Luis.

    —No te parece que todos están un poco raros, parecen cómo más cariñosos entre ellos. —Luis me comentó eso como una confidencia con un deje de inseguridad.

me alegraba de no ser la única que lo pensaba.

¿Pero por qué estaba tenso? ¿Hay algo que sabe y no quiere decírmelo?

«¿Acaso está enamorado de Angie o Sakura?», me duele pensarlo. Pero si fuese el caso no me interpondría, al fin y al cabo amores hay muchos, pero las buenas amigas son un tesoro.

Pasó un mes y llegó San Valentín. Como cada año nosotras quedamos en estar juntas las tres y no entregarle chocolate a ningún chico. Así hicimos.

Pasamos el día juntas tanto en las clases como en los recreos, pero por alguna razón Angie y Sakura tenían la mirada perdida y yo creía saber la razón.

    —Chicas ¿tenéis mal de amores? — pregunto directa y sin anestesia para endulzar mi pregunta
    — ¿Cómo? —dijo Angie, riéndose y Sakura uniéndose a esa risa nerviosa.
    —Sé de lo que hablo, os noto algo distraídas y parece que os gustan Óscar y Marcos.
    — ¿Y tú qué tienes que decir al respecto? —me pregunta Sakura
    — ¿Cómo? Ja ja—aquella pregunta me desubicó por completo
    —Nozo, sabemos que te gusta Luis y tú le gustas a él. No somos tontas—esta vez habla Angie
    —Claro, y obvio que estamos enamoradas también pero no queríamos tener un novio cada una y dejarte sola. —Sakura se abalanza hacia mí dándome un abrazo.
    —Chicas, sois las mejores—correspondí el abrazo y le hice a Angie una señal para que se uniese también.

Pasó otro mes y nos encontramos en mi encrucijada. Es catorce de Marzo y ante mí tengo a Luis con una caja de bombones. Sé que quedamos Angie, Saku y yo que no había problema si nos pedían salir, pero por alguna razón me siento mal. Mientras estoy observando a este chico con esa sonrisa que me vuelve loca, recuerdo todos esos días que decíamos que nunca nos enamoraríamos y tampoco sonreiríamos por un chico como estoy haciendo ahora. Pero es chistoso, nosotras nos burlábamos de Cupido y al final nos atravesó con su flecha asquerosa.

Al final le dije a Luis que si quería estar con él y que también quería ser su novia. Las tres dimos el paso a la madurez al mismo tiempo, ya que, horas después nos llamamos contándonos que debido al «White Day», Óscar, Marcos y Luis. Nos habían pedido ser sus novias.

Pero esta historia no termina aquí, ya que aún seguimos las tres loquitas por ellos pero seguimos con nuestra sociedad Anti Cupido, la cual cada vez ingresan más integrantes en busca de un amor sincero y alejado de la fantasía.

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