¿ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀᴅᴀ ᴅᴇ ᴜɴ ɴᴏʙʟᴇ?

XXI

EVA:

Mis ojos se abren de golpe debido a una pesadilla. Era la misma de siempre, ¿Cuando acabaría todo esto? Solo quedaba por esperar, como lo hice todos estos años.

Ahora que veo, sigo estando sobre Raizel, quien dormía tranquilamente. Gire mi cabeza y mire la hora, faltaban 25 minutos para que mi celular sonara.

Con cuidado de no despertarlo, me levanté y la desactive, tomaría un baño tranquila y luego lo llamaría para ir a la secundaria; demasiado había faltado ya para darme el lujo de seguir.
Me estire y camine hacia el armario, dónde saque otro uniforme limpio, me metí al baño y tome uns ducha de 15 minutos aproximadamente, no estoy segura de cuánto tiempo paso. Me peine, lave los dientes y por último me vestí.

Salí del baño ya lista y por seguridad mire la hora, faltaban unos minutos aún, no me preocupe, solo me faltaba organizar los bolsos de ambos.
En mi escritorio, posaban los libros de las materias que me tocaban voy, los guarde y lo mismo hice con los libros de el, no los traía todos, eso significaba compartir los libros.

Baje con todo y fui directamente a la cocina para preparar el desayuno, café con algunas tostadas y galletas dulces, las favoritas de Raizel.

Volví a mirar la hora, un minuto nada más. Camine tranquilamente hacia mi cuarto y volví a entrar, no quería despertarlo, pero debía.

A paso lento me acerque a la cama y acaricie su mejilla con suavidad, pensando que abriría al menos un ojo. No funcionó.

—Raizel, tienes que levantarte, hay que ir a la secundaria, he preparado el desayuno que te gusta.— El se sentó lentamente y frotó sus ojos con pereza, el buzo blanco que tenía puesto estaba mal colocado y su cabello estaba un poco despeinado.

Sonreí al verlo así, por la expresión que tenía no sabía dónde estaba parado. Reí bajito y me senté en la cama junto a el, el me miró y apoyó su cabeza en mi cuello, podía sentir su respiración en mi piel.

—Hay que ir.— Murmuré y frote su espalda con lentitud, es bastante difícil hacer que se levanté.
Pero de casualidad este se sentó de golpe, dandome un susto.

El sin decir alguna palabra, se paro de golpe de la cama y se metió al baño, ¿Acaso se siente mal del estómago o algo? No sabía, simplemente me quedé sentada en la cama, esperando a que salirse y me explicase que le había pasado.

Pasaron varios minutos, y el no daba señales de algo, cosa que me alarmó.
Me pare de la cama rápidamente y toque la puerta del baño, solo oía la respiración entrecortada de el. Abrí la puerta y lo que tenía ante mis ojos me dejó pálida.

Rai estaba sosteniendo con fuerza el lavabo que estaba manchado de sangre, ¿Cómo no lo escuché vomitar o soltar algún sonido? La sangre bajaba de su nariz y de su mentón; su piel seguía siendo la misma, pálida, pero estaba perlada de sudor.