VI

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Eva:

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Eva:

La alarma de mi celular había sonado muy alto, normalmente la tenía en el volumen medio, pero en esta ocasión, estaba muy alto.

Solté un insulto y me paré rápidamente de la cama, quería llegar antes que todos a la secundaría, ¿Por qué? No lo sé, simplemente quería estar sentada en mi lugar de siempre.

Caminé al armario y saqué el uniforme limpio, era otro que compré, ya saben, no esta de más tener varios uniformes guardados. Entré al baño y me duche rápidamente, me seco y me pongo el uniforme, agarré mi cabello y lo sujete con un lazo azul, miré que la coleta alta este bien y no con algunos mechones sueltos, sonreí al notar que no era así.

Salí del baño y guardé todo en el bolso, hoy sería un día agradable y tranquilo, o eso esperaba. Agarré el celular y salí volando rápidamente de casa, mientras caminaba pude uno que otro estudiante dirigirse a la secundaria, alcé mi mirada y mire el cielo, el sol estaba saliendo lentamente, dejando ver el cielo de varios tonos, rojos, naranjas y violetas, realmente hermoso, aunque estaba frío, eso era lo malo de madrugar, aunque no me molesta, en la secundaría en la que iba antes, me levantaba a las cuatro y media de la madrugada, ingresaba a las seis en punto y salía a las cuatro en punto.

Mi cabeza, me dió el recuerdo vivido el día de ayer, el ataque a la ciudad, las desgracias, el balazo en mi hombro, con solo recordarlo, me daba un molesto cosquilleo en la cicatriz.

Sacudo mi cabeza y miro el camino, no me había dado cuenta de lo rápido que había llegado, entre a paso rápido ignorando al guardia de cabello gris y cicatriz en su labio. Pasé por la oficina del director, donde pude oír la voz de Mónica, aquella voz chillona y asquerosa, dios, no me imagino estando con ella en una misma clase.

Al llegar a la mía, entré y vi que el profesor estaba allí, ¿Por qué tan temprano? No lo sabía, el al verme me saludó, por parte mía hice una reverencia.

—Buenos días.

—Buenos días, Eva. Hubo unos cambios de mesa, volverás otra vez al lugar en el que estabas la primera vez aquí, hay una nueva alumna que va a ingresar en unos minutos, quiero que se siente con Raizel, ya que ambos no saben nada y andan perdidos en los temas.—Cuando el profesor terminó de hablar, me sentí extraña, Mónica estaría en mi clase, junto a Rai, y posiblemente cuando me vea, se va a burlar frente a todos, no quería que eso se volviese a repetir otra vez, no quería.

Apreté mis labios y bajé la mirada, mis miedos, los recuerdos oscuros que poco a poco había enterrado, salian otra vez. Salí de mis pensamientos al escuchar el ruido de la campana, anunciando la entrada de los alumnos a clase, rápidamente cambie mi banco de lugar y me senté al lado de la ventana sin mirar a los que entraban, incluso noté la mirada penetrante de Raizel sobre mi nuca, Shinwu no estaba detrás de mi, quizá llegaría más tarde, aunque eso no quitaba lo incómodo que era.

—Buenos días a todos, hoy ingresará otra compañera en la clase, Mónica, pasa por favor.

Giré mi cabeza y observé a Mónica entrar, aún seguía igual a como la vi la última vez.
Piel morena, cabello rubio teñido y atado a una cola de caballo alta pero al costado de su cabeza, llena de broches de cualquier color, sus ojos dorados brillaban por la luz del sol; usaba maquillaje y bueno, la camisa estaba con unos botones abiertos, mostrando escote.

¿ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀᴅᴀ ᴅᴇ ᴜɴ ɴᴏʙʟᴇ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora