Capítulo V: "Leyendas Quileutes."

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Leyendas Quileutes

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Leyendas Quileutes.

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En la mañana, Sarah se levantó con la sensación de que alguien más había estado en su cuarto, pero dejó de darle vueltas al asunto luego de que su mejor amiga le haya llamado, avisando que estaba afuera de su casa con su bicicleta. Ya vestida, abrigada y con una tostada en su boca, salió de su casa con la patineta roja que le obsequió su tía hace años bajo su brazo.

—Buenos días, Truth.—Murmuró Sarah, terminando su tostada de un bocado, lamiendo sus dedos que tenían mermelada de salsamora.

—Buenos días, Holmes.—Respondió Maca, acomodándose en su bicicleta.—¿Lista?.

—Más que lista, querida amiga.

Caminaron por el camino de tierra, ya que Sarah no podía usar su patineta hasta que no lleguen al asfalto. En el recorrido por el limite del bosque, iban hablando de las posibilidades de que sus dudas se resolvieran con un libro que comprarían con sus pocos ahorros.

—Creo que lo mejor es pegar la vuelta, e investigar por nuestra cuenta.-Se quejó Sarah.—Los libros no nos sirven de nada, ¿Acaso entendiste o aprendiste algo de los libros aburridos de historia?.

—No es lo mismo, Sarah.—Negó Maca.—Esto es diferente. Nosotras aprendemos lo que nos parece interesante, y digamos que Historia es lo menos interesante que hemos visto en años.—Bufo.

—Tienes razón, pero lo que quiero decir es que, ¿Realmente leeremos un libro?.—Pregunto sorprendida.

—¡Lo sé!.—Exclamó Macarena con la misma sorpresa.—La profesora Mcmiller no lo creería ni aunque se lo diga el presidente.

Al llegar a la carretera de asfalto, ambas se montaron en su medio de transporte, y fueron rumbo a la biblioteca del pueblo, donde habían averiguado que estaba aquel libro que necesitaban. Minutos después, se pararon frente el edificio oscuro que estaba junto a un supermercado. Maca ató la bicicleta al barandal de las escaleras de la biblioteca en el estacionamiento,y Sarah simplemente tomó su patineta.

Entraron al lugar, con mucha cautela, y caminaron al mostrador, donde una muchacha de unos 20 años estaba atendiendo. Maca fue la designada para hablar, ya que era la que más informada estaba.

—Buenos días, ¿Qué necesitan?.—Pregunto la mujer.

Maca miro el cartel que decía el nombre de la chica, quería ser como su madre cuando iba de compras a algún lugar.

Pequeña, Sarah. || Quil Ateara 🌖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora