Mi Verdadera Identidad Esta En CRISTO.

Su Nombre Es Jesús.

Puede que todas las letras que has devorado de este tema, te hayan creado algunas inquietudes y puede que una de ellas sea la del nombre de Jesús, que he mencionado ya en unas cuantas ocasiones,

Muchos lo pintan colgado en un madero, otros creen que murió y eso fue todo el alboroto, algunos dicen que es un profeta más, otros creen que resucitó, subió al cielo y se olvidó de nosotros; la verdad no sé qué crees tú, acerca de Jesús, pero te aseguro él es más real que tú y yo, es más que un nombre, y en su nombre hay poder.

Hay miles de niños, jóvenes, adultos, llamados Jesús, pero no estamos hablando en si, de un nombre de pila, te quiero describir la persona, al Jesús que nos muestran las Sagradas escrituras.

El que desde antes que el mundo fuera, ya es, por el que todas las cosas fueron hechas dice en:

S. juan 1:1-4.
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

Creador, dador de vida, la historia de la humanidad, él la partió en dos y así digas o argumentes no creer en Jesús, tendrás en algún momento de tu vida que decir, eso o aquello sucedió antes de Cristo (a.C) o sabrás que estamos viviendo los días después de Cristo (d.C), la historia de la humanidad se le da una base cronológica partiendo de la venida de Cristo a esta tierra, él se hizo carne y ese periodo de tiempo dio un rompimiento no solo en lo cronológico, sino en la relación que sostenía la humanidad con Dios.

Pasamos hablando Bíblicamente de lo que era el antiguo testamento (la ley), a vivir los primeros años del nuevo testamento (la gracia), siendo justificados en su muerte, en aquella cruz del calvario, muerte que dio como resultado vida, salvación, sanidad, y perdón de pecados, fuimos redimidos del alto costo que teníamos que pagar por nuestras faltas y trasgresiones, a precio de sangre y sufrimiento.

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humillo a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios padre.
Filipenses 2:5-11

Hay poder en el nombre de Jesús, pero como lo decía, su nombre es más que simples letras, pues la autoridad dada por Dios para el nombre de su hijo, la tienen aun hasta hoy y la seguirá teniendo hasta el fin de los tiempos.

Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser la cabeza del ángulo.
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Hechos 4:11-12

El único camino, para llegar a conocer la perfecta voluntad del padre es a través de la persona de Jesucristo, es el único mediador entre Dios y los hombre, con su muerte se dieron varios acontecimientos que transformaron la manera, como los hombre se comunican con su creador, uno de ellos y para decirlo así, uno de los más importantes, aunque todos lo fueron, fue la ruptura del velo que separaba el lugar santísimo del lugar santo, te voy a explicar esto:

En el tabernáculo, aquel lugar construido por Dios para la reunión con su pueblo, hay varios lugares importantes pero el más importante de todos y donde solo podía entrar el sumo sacerdote era el lugar santísimo, donde habita la presencia misma de Dios, incluso para el sumo sacerdote era un riesgo gigantesco el entrar a este lugar, porque cualquier mancha de pecado en él sería la causa de la muerte instantánea, nadie más podía entrar esta habitación santísima, dentro del lugar santísimo habían unos utensilios pero sobre el cual se depositaba la presencia de Dios era sobre el arca del pacto.

Ahora ya sabiendo esta información importante, entenderemos lo valiosa que fue la muerte de Jesús en cuanto a nuestra relación con Dios se refiere, porque el velo que separaba este lugar santísimo se rompió desde arriba y hasta abajo, esto significa que fue Dios mismo desde el cielo quien lo rompió, dando así entrada libre a los hombre comunes como tú y yo a la presencia de Dios, a través del sacrificio y la sangre de Jesús, esto en resumidas cuentas es: la capacidad de poder venir personalmente a través de Jesucristo a la presencia de Dios y depositar en él nuestras peticiones y alabanzas.

La cruz dio salvación, pero también nos dio relación personal, sanidad, prosperidad y por supuesto IDENTIDAD en Cristo.

Nuestro amado Jesucristo, murió, pero como muchos creen él no se quedó en la tumba, después de descender hasta el infierno y así recuperar las llaves de la muerte y del Hades.

Y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén.
Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
Apocalipsis 1:18

Resucito, subió a los cielos pero él nos prometió un consolador, uno que estaría con nosotros siempre nos guiaría y nos daría poder.

Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Hechos 1:8

Este es Jesús, más que unas simples letras, más que un simple nombre, es el autor y consumador de la fe (Hebreos 12:2), de la salvación, es el ejemplo que debemos seguir, con la ayuda del Espíritu Santo.

Busquémosle, porque de él depende que seamos reales, de él depende totalmente nuestra IDENTIDAD.